Un tetrapléjico retrata sobre lienzo una nueva mirada a la vida

Noticias Adventistas 2022.02.05

A los 21 años, Marcelo Cunha era atleta y diseñador, hasta que sufrió un accidente durante una inmersión que lo dejó paralítico. Sin embargo, aun con limitaciones físicas, nada le impidió seguir realizando sueños y sirviendo a Dios a través de su testimonio.

A pesar de las adversidades, comenzó a pintar con la boca y se dedicó a pintar durante diez años. Movido por un deseo de cambio, buscó comunicar a través de esta vía alternativa cuánto el arte puede transformar vidas.

Frecuente y asiduo, Cunha es director del departamento de Mordomía y Escuela Sabática de la Iglesia Adventista de Jardim Paulista, en Campo Grande, Río de Janeiro. En los últimos años ha realizado talleres en congregaciones adventistas del sur del estado, en eventos como campamentos, campers y diversas actividades para incentivar a jóvenes, adolescentes y jóvenes a testimoniar y seguir sirviendo a Dios aún en medio de la dificultades.

“Sumergirme en el universo artístico determinó un cambio como nunca imaginé. A raíz de un [error] en [el] agua, me estrellé y quedé tetrapléjico. Al no poder cumplir sueños que dependían de la libertad física, me cuestioné mucho. fue en ese contexto que pinté con la boca. Y, más que un regalo, surgió un ministerio y un sinfín de posibilidades. Ahora tengo autonomía”, detalla Cunha.

Para él, con cada cuadro terminado y colgado en las paredes, surge una nueva oportunidad de compartir con la gente los milagros que Jesús puede hacer. “Estaba feliz de estar activo. Así surgió el deseo de tener un estudio definitivo para exponer las pinturas permanentes en lugar de almacenarlas en estantes”, dice.

Los detalles y la peculiaridad de cada obra son los elementos para construir una mirada optimista ante los desafíos, dice. El compromiso marcó el sentido de la libertad una vez perdida, recorriendo caminos y grandes cambios junto a Jesús.

“La producción de mis obras se ha vuelto más intensa, y varias de ellas han sido seleccionadas y reproducidas en cromos y calendarios, vendidos en más de 70 países. Y para colmo, fui promovido como miembro asociado de la APBP (Asociación de Pintores con la Boca y los Pies), y ahora he conquistado un rincón en la Zona Oeste de Río de Janeiro, un lugar de rica vegetación nativa y bellezas naturales, donde se construyó una casa grande y accesible para llegar a la tan soñada estudio”, enfatiza Cunha.

Este artículo fue publicado originalmente en el sitio de noticias de la División Sudamericana

Por: Gabriela Porto


Fuente: https://adventist.news/