Transforme su herencia familiar

Comentarios 2024.07.19

La herencia familiar no se resume a los bienes materiales. Incluye valores, comportamientos y creencias que son transmitidos de generación en generación. Ese legado puede ser una fuente de fuerza y sabiduría, pero también puede cargar patrones negativos que afectan nuestras vidas y las de nuestros descendientes. Comprender esa dinámica es esencial para promover cambios positivos. Como nos orienta la Biblia, “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).

La influencia de la herencia familiar se observa en varias generaciones. En Éxodo 20:5, la Biblia nos revela que las acciones de los antepasados pueden afectar hasta la tercera y la cuarta generación. La escritora Elena G. White refuerza esta idea afirmando que los pecados de los padres impactan poderosamente a los hijos hasta la tercera y cuarta generación (Consejos sobre la salud, p. 49). Por eso, es crucial entender el impacto de las acciones de hoy en los que vendrán en el futuro.

Las prácticas y los hábitos se pasan sin cuestionamientos, como el apretón de manos, que simbolizaba paz y confianza. Hoy, continuamos esa práctica sin saber el motivo. Tendemos a reproducir historias familiares, pero no somos sus rehenes.

Las generaciones y sus influencias

  • Primera generación (abuelos): establecen los primeros patrones de comportamiento y valores. Sus acciones forman la base de lo que se transmitirá. Carl Jung[i] afirma que “a través de los padres, el alma de los niños es moldeada por las influencias de la cultura y de las tradiciones familiares”.
  • Segunda generación (padres): reproducen muchos comportamientos y valores aprendidos. Alice Miller[ii] observa que “los patrones emocionales y comportamentales de los padres se pasan a los hijos, que, muchas veces, repiten esos ciclos de generación en generación”.
  • Tercera generación (hijos): crecen bajo la influencia directa de los padres, absorbiendo comportamientos y valores familiares. Baldwin[iii] subraya: “Los niños son grandes imitadores; por eso, deles algo muy bueno para imitar”.
  • Cuarta generación (nietos): influenciados por la suma de todas las generaciones anteriores, representan la continuidad o transformación del legado familiar. Jessie Bernard[iv] afirma: “Lo que les dejamos a nuestros hijos no es solo lo que guardamos, sino también lo que compartimos con ellos”.

La ciencia de la epigenética

La epigenética estudia cómo nuestros comportamientos y el ambiente pueden causar cambios que afectan la forma en la que funcionan nuestros genes. Esos cambios pueden ser transmitidos de una generación a la siguiente, lo que ejercerá influencia en la salud y el comportamiento. A pesar de eso, tenemos el irrevocable poder de elección.

Romper herencias malas

Para transformar una herencia negativa en un legado positivo, considere las siguientes sugerencias:

Reconocimiento y aceptación: reconocer los patrones negativos existentes en la familia es el primer paso para el cambio. Virginia Satir[v] dice: “El cambio comienza con la toma de consciencia”.

Diálogo abierto: cree un ambiente en el que todos se sientan cómodos para hablar sobre emociones, miedos y experiencias. La comunicación abierta ayuda a resolver conflictos. Adrienne Rich[vi] afirma: “La comunicación es la clave para la comprensión y la resolución”.

Educación y autoconocimiento: busque conocimiento sobre cómo afectan los patrones familiares (eso incluye psicoterapia individual o familiar) el comportamiento y aprenda nuevas maneras de lidiar con las situaciones difíciles.

Modelar comportamientos positivos: sea un ejemplo positivo para las futuras generaciones. Demuestre valores como respeto y empatía. Gandhi[vii] dice: “Sea el cambio que quiere ver en el mundo”.

Perdón y curación: trabajar el perdón es esencial para romper ciclos negativos. C. S. Lewis[viii] lo describió bien: “Perdonar es liberar al prisionero y descubrir que el prisionero era usted”.

Conclusión

Transformar una herencia familiar negativa en un legado positivo es una tarea difícil, pero gratificante. Al reconocer los patrones nocivos y adoptar medidas activas para cambiarlos, podemos dejarle algo mejor a la próxima generación. A través del diálogo, la educación, la presentación de buenos comportamientos y perdón, construimos una herencia de amor, respeto y comprensión. Como está escrito en Deuteronomio 6:6, 7: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos […]”.

Al adoptar estas prácticas, ayudaremos a nuestras familias a crecer de manera saludable y feliz, lo que creará un impacto positivo y duradero. Construyamos juntos un futuro mejor, comenzando hoy.


Referencias:

[i] JUNG, Carl. Memories, Dreams, Reflections. Vintage, 1961.

[ii] MILLER, Alice. The Drama of the Gifted Child. Basic Books, 1981.

[iii] BALDWIN, James. The Fire Next Time. Dial Press, 1963.

[iv] BERNARD, Jessie. The Future of Marriage. Yale University Press, 1972.

[v] SATIR, Virginia. Peoplemaking. Science and Behavior Books, 1972.

[vi] RICH, Adrienne. Of Woman Born. Norton, 1976.

[vii] GANDHI, Mahatma. The Story of My Experiments with Truth.

[viii] LEWIS, C.S. Mere Christianity. 1952.


Fuente: https://noticias.adventistas.org/es