Se acercaba un día libre y tenía planes: exámenes para calificar, clases para preparar y tareas domésticas para completar. Entonces, el profesor de física de mi hijo me llamó para decirme que mi hijo no había entregado una tarea. Sabía que él también tendría el día libre, así que le dije: “Harás este trabajo mañana, ¿de acuerdo?”.
“¡No entiendo de física!” él dijo.
“Yo te ayudaré”, respondí. Me miró dudoso. “Sé que no soy un experto en ese tema, pero lo resolveremos”, dije.
A la mañana siguiente, recibí su tarea de Física y vi cuatro problemas sobre velocidad, velocidad y tiempo. Leí el problema 1: “Un autobús escolar viaja 240 km en 6.0 h. ¿Cuál es su velocidad promedio para el viaje?
No parece demasiado difícil, pensé. “Está bien, hijo”, le dije con confianza. “Toma tu cuaderno y revisa las notas que tomaste sobre la velocidad, la rapidez y el tiempo”. Agarró su cuaderno, lo abrió y comenzó a hojear página tras página, yendo y viniendo tratando de encontrar la información. Esto duró varios minutos. Estos no eran los planes que tenía para este día, pensé.
“¿No tomaste notas?” Le pregunté, tratando de mantener la calma.
“Sí, lo hice”, dijo. “Simplemente no sé dónde los escribí”.
Miré sus notas mientras él pasaba las páginas. Eran un desastre: sin fechas, sin nombres de temas, diferentes temas combinados en una sola página. Supe en ese momento que sería un día largo y estaba enojado porque tenía diferentes planes para el día.
“¿Dónde están las notas?” pregunté enojado.
“¡No sé!” Empezó a sollozar.
“Está bien”, dije. “Empecemos con el primer problema.”
“Sé dónde está la fórmula para este”. él dijo. Pasó una página. “Es Velocidad = distancia/tiempo”.
“Está bien”, dije. “Ahora vamos a resolverlo”.
“No sé qué hacer, papá”, respondió.
Expliqué los pasos para solucionar el problema, y así empezó mi día libre.
Desafortunadamente, resultó que esos eran los problemas fáciles. Mi mente se quedó en blanco ante el siguiente problema: “Un automóvil que viaja a una velocidad de 20 km/h se detiene en 0,5 h. ¿Cuál será el valor de su retardo en km/h 2 ?
“¿Alguna idea de qué hacer?” Yo pregunté.
“No”, dijo.
“¿Tienes un problema similar en tus notas?” Yo pregunté. Resultó que tenía uno, pero no se resolvió.
Muchos tutoriales de YouTube y cinco horas después, finalmente terminamos.
¡La peor parte fue cuando me dijo al día siguiente que todos los problemas eran incorrectos! No pude evitar reírme.
Puede parecer que desperdiciamos cinco horas resolviendo problemas de física que de todos modos estaban mal, pero el tiempo que pasé con mi hijo fue un tiempo bien empleado. La vida como maestro puede estar ocupada y necesitábamos ese tiempo juntos. Le dije sinceramente que había disfrutado estar con él. Él solo sonrió.
Fuente: https://adventisteducators.org/
