Rompiendo el estigma

Comentarios 2024.06.07

Tengo 18 años y vivo en un país en desarrollo. A menudo los hombres jóvenes degradan a las mujeres durante el ciclo de la menstruación mensual y lo consideran sólo como una barrera para posibles relaciones sexuales. A veces ni siquiera disponemos de agua potable para garantizar una buena higiene. Por favor comparte algo de esperanza.

Estamos hechos de manera maravillosa y temerosa. La menstruación es un proceso fisiológico mensual esencial que marca un aspecto crucial de la salud reproductiva de la mujer y refleja el don maravilloso, diseñado y confiado por Dios, de la procreación de la humanidad. Comprender las complejidades de la menstruación es vital no sólo para promover el bienestar de las mujeres sino también para desmantelar los estigmas sociales que rodean este ciclo natural.

La menarquia marca el comienzo del proceso durante la adolescencia temprana y cesa con la menopausia en la mediana edad. El ciclo menstrual es una interacción compleja de fluctuaciones hormonales orquestadas por el hipotálamo, la glándula pituitaria y los ovarios. En promedio, dura 28 días, divididos en distintas fases denominadas menstrual, folicular, ovulatoria y lútea. La menstruación en sí es el desprendimiento del revestimiento del útero cuando no se produce la fertilización. Este proceso cíclico implica cambios hormonales, principalmente estrógeno y progesterona, que regulan el crecimiento y la liberación de un óvulo y preparan el útero para sostener un posible embarazo.

Si bien la menstruación es biológicamente esencial, las sociedades de todo el mundo han perpetuado tabúes y estigmas culturales en torno a ella. Estas construcciones sociales contribuyen a la marginación y degradación de las mujeres, fomentando ambientes de vergüenza y silencio. La educación juega un papel fundamental en la desestigmatización de la menstruación. La implementación de programas integrales de educación sexual que incluyan información sobre la menstruación, su base fisiológica y su normalidad puede desafiar los conceptos erróneos y mejorar la comprensión.

Participar en conversaciones abiertas sobre la menstruación ayuda a disipar mitos y aumenta el apoyo social. Normalizar los debates sobre los períodos menstruales en las escuelas, los lugares de trabajo y los hogares reduce el estigma asociado. Las entidades culturales y religiosas pueden promover aún más actitudes positivas hacia la menstruación, disipando la desinformación que perpetúa la vergüenza.

Los países en desarrollo enfrentan un acceso limitado a materiales sanitarios para las adolescentes. Esta falta de higiene adecuada durante la menstruación puede provocar problemas de salud y afectar negativamente la educación de una niña debido a los días de ausencia en la escuela. Las sociedades deben priorizar iniciativas para proporcionar productos de higiene accesibles, rentables y ambientalmente sostenibles, como copas menstruales reutilizables y toallas sanitarias de tela.

Los programas educativos en las escuelas deben proporcionar información sobre prácticas adecuadas de higiene y el uso de estos materiales sanitarios. Los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales pueden colaborar para implementar políticas y programas que garanticen la distribución de productos menstruales gratuitos o subsidiados en escuelas y comunidades. Además, las iniciativas que promueven el establecimiento de instalaciones sanitarias adecuadas, incluidos retretes limpios y privados y la disponibilidad de agua potable, pueden contribuir significativamente a mantener la higiene menstrual. La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) está trabajando proactivamente para lograr estos objetivos. Como iglesia, los Adventistas del Séptimo Día promovemos la salud y la plenitud para todos. No se debe descuidar la salud de la mujer. Incluya a hombres y niños en la conversación. Educar a través de nuestras iglesias, escuelas e instituciones de atención médica. Al abordar los estigmas sociales y proporcionar materiales sanitarios a los adolescentes de los países en desarrollo, podemos fomentar una sociedad en la que se desestigmatice la menstruación y en la que todas las mujeres y niñas puedan gestionar su salud menstrual con dignidad y confianza.


Fuente: https://www.adventistworld.org/