La abogada Déborah Cardoso está viviendo un sueño hecho realidad. En 2023, está lista para ir y servir como misionera en el Líbano y luego en Egipto. Allí planea pasar varios meses de su vida trabajando en un proyecto educativo dirigido a la comunidad. “Debo servir para ser útil; si no sirvo, no seré útil para nada”, dice. “Participar en la misión siempre ha tenido sentido para mí”.
Cardoso es uno de un grupo de 120 misioneros de los estados brasileños de Bahía y Sergipe que serán enviados a servir en varias regiones del mundo en 2023. El Proyecto Pitcairn, como se le ha llamado, es una respuesta de la Iglesia Adventista en esa región a lo que otros hicieron cuando salieron de sus países para que el mensaje adventista se difundiera por toda América del Sur.
“Como líderes y miembros de la iglesia, nos asociamos para enviar jóvenes misioneros a varios lugares del mundo”, dijo André Dantas, presidente de East Brazil Union Mission. “Por ejemplo, los empresarios adventistas que no pueden tomarse un año libre de sus negocios están contribuyendo [fondos] para que otros puedan ir. Las personas que tienen pocos recursos también están ayudando de alguna manera. Todos están involucrados”.
Según Dantas, esta iniciativa refuerza el sentimiento de que nadie está solo al compartir el mensaje bíblico en cada una de sus localidades. Despierta también lo que se podría llamar conciencia misionera, porque es necesario no sólo hablar de Jesús donde se vive, sino también ayudar en otros lugares.
El grupo de jóvenes misioneros, que recientemente asistió a la Sexta Convención I Will Go en el Colegio Adventista de Bahía, servirá bajo los auspicios del Servicio Voluntario Adventista (AVS), que los conectará con su lugar de servicio. La iglesia regional les ayudará a cubrir el costo de pasaportes, visas y viajes aéreos, dijo Dantas.
Contribución a la Misión Mundial
Enviar jóvenes misioneros a lugares necesitados significa que el enfoque de la Iglesia Adventista está en el lugar correcto, dijo Elbert Kuhn, director de AVS para la Asociación General de la Iglesia Adventista. “Nuestra iglesia existe para cumplir el mandato bíblico, que nos llama a compartir el amor de Cristo. Muestra también preocupación por los jóvenes, que en el momento más desafiante de sus vidas se involucran en algo que les dará profundidad en su comunión con Dios, habilidades y destrezas en el ámbito afectivo y profesional, y en su relación con nuevas culturas y lenguas.”
Kuhn señaló que tal iniciativa también enfatiza la naturaleza global de la Iglesia Adventista. “Muestra nuestro aprecio por las nuevas generaciones y que tenemos el mismo ideal en todo el mundo”, dijo.
Después de participar dos veces en el Proyecto Un Año en Misión, que ofrece iniciativas en las áreas de salud, desarrollo social y enseñanza bíblica, Jeferson Silva pensó en dar un paso más: decidió tomar el examen de ingreso requerido para estudiar teología. Al mismo tiempo, Silva recibió una invitación de su pastor local en Ilhéus, Bahía, para ser misionero en otro país. “Me apasiona: llevar la Palabra de Dios a las personas. Eventualmente descubrí que el examen de ingreso se llevaría a cabo el mismo día que la Convención I Will Go, y que tenía que tomar una decisión. Mi corazón ya sabía a dónde quería ir”, dijo.
Fuente: https://www.adventistworld.org/
