La preciosa Biblia encuadernada en cuero que Valentina Melentjeva había recibido mientras intentaba comprender el mensaje de Dios se encontró casi ilesa después de que su casa fuera destruida por un incendio en diciembre de 2021.
Fuego devastador
En medio de la noche, Melentjeva se quedó indefensa y vio su casa arder hasta los cimientos a pesar de los esfuerzos de los bomberos. Estaba devastada por haber perdido todo lo que poseía. Pero su principal preocupación era su preciosa Biblia.
Cuando estalló el incendio poco antes de la medianoche del 5 de diciembre, Melentjeva ya se había acostado en el Fredheim Lifestyle Center cercano en Kongsberg, Noruega, donde trabajaba. Su hogar era un apartamento para el personal perteneciente a la institución. El hijo de Melentjeva y la esposa de su hijo estaban de visita en ese momento, y estaban usando el apartamento y tuvieron que huir del edificio en llamas.
Melentjeva estaba de pie con su familia y amigos mientras veían arder el edificio en la fría noche de invierno. Las lágrimas corrían por su rostro. Estaba agradecida de que los miembros de su familia hubieran escapado ilesos del edificio en llamas, pero todas sus posesiones se consumieron en el incendio y temía que nunca volvería a ver su preciada Biblia.
Búsqueda de la felicidad
Melentjeva creció en Klaipeda, la tercera ciudad más grande de Lituania y situada en la costa del Mar Báltico. Su madre pertenecía a otra denominación cristiana, pero su familia nunca tuvo una Biblia, nunca hablaron de Jesús y nunca oraron.
Cuando Melentjeva tenía 45 años, tuvo algunas experiencias muy difíciles. Estaba triste y preocupada. Pero Ira, una mujer de su barrio, parecía feliz y contenta a pesar de que ella también había pasado por momentos difíciles. Un día, Melentjeva le preguntó a Ira cuál era el secreto de su felicidad. Ira invitó a Melentjeva a su casa.
Cuando fue a la casa de Ira, Ira colocó una Biblia abierta en las manos de Melentjeva. Por primera vez en su vida, Melentjeva sostenía una Biblia. Se abrió en Éxodo 20. “Por favor, lea”, dijo Ira. Melentjeva comenzó a leer los mandamientos. Al leer el cuarto mandamiento, se sorprendió.
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es sábado para el Señor tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tus animales, ni ningún extranjero que resida en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, pero descansó en el séptimo día. Por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó” (Éxodo 20:8-11, NVI).
Trató de entender lo que acababa de leer. Cuatro veces leyó los versículos del mandamiento del sábado. El séptimo día, no el domingo, era el día de descanso. Esto era totalmente nuevo para Melentjeva. Durante toda su vida adulta había trabajado los sábados. Pero ahora ella quería vivir de acuerdo con el cuarto mandamiento. Decidió comenzar a guardar el sábado.
El sábado siguiente, Melentjeva fue con Ira a adorar con los demás adventistas del séptimo día en Klaipeda. En ese momento, trabajaba como cajera en una tienda de comestibles y tenía una semana libre. Se sorprendió al ver que los adventistas del séptimo día adoraban en el mismo edificio escolar donde ella había sido alumna durante 10 años desde los 7 años.
“En todos esos 10 años me habían enseñado a leer, escribir y matemáticas, pero nada sobre Dios”, dijo Melentjeva. Pero ahora el edificio de la escuela se convirtió en el centro para aprender la voluntad de Dios.
El segundo sábado en la iglesia, Melentjeva recibió una Biblia nueva en ruso. Ese libro se convirtió en su posesión más preciada.
Una de las mujeres de la iglesia ayudó a Melentjeva a conocer al Dios de la Biblia. Cada semana durante un año, las dos mujeres se reunían para estudiar la Biblia y orar. El 24 de abril de 2004 fue bautizada y llena de alegría.
Algunos años más tarde, Melentjeva se mudó a Noruega, inicialmente para aprender más acerca de Dios en la Escuela Bíblica Europea en Skotselv, Noruega.
Cuando completó el curso en la Escuela Bíblica Europea, la cubierta de su Biblia se había desgastado mucho debido al uso intensivo. Le pidió a un artista que hiciera una hermosa cubierta de cuero para la Biblia en la que había encontrado guía para su vida.
Preservado contra viento y marea
Durante varios días después del incendio, la policía y el cuerpo de bomberos habían acordonado el lugar del incendio, prohibiendo el ingreso a todos debido a la investigación sobre la causa del incendio. Finalmente, se levantó la prohibición y su hijo caminó entre los escombros, con la esperanza de encontrar algo que hubiera escapado de las llamas. Melentjeva oró y esperó contra viento y marea que su preciosa Biblia hubiera sobrevivido.
Se llenó de alegría cuando su hijo regresó del lugar del incendio con su Biblia casi intacta.
La Biblia estaba en un estante con otros libros espirituales, entre ellos numerosos libros de Ellen G. White. Los otros libros en el estante estaban muy quemados.
“Es asombroso lo que el amor de Dios puede hacer para preservar lo más importante”, dijo, feliz de tener todavía su preciada Biblia.
Por: Tor Tjeransen, Asociación de la Unión Noruega
Fuente: https://www.adventistworld.org/
