Durante los últimos 9 años, he trabajado como capellán de la única escuela primaria adventista de Suecia, Ekebyholmsskolan. Tenemos un poco más de 300 estudiantes con edades comprendidas entre los 6 y los 19 años. Puede que se sorprenda al oírme decir que no trato de convertir a mis alumnos al cristianismo.
La razón por la que no trato de convertir puede ser más clara con alguna información de fondo. Históricamente, prácticamente el 100% de la población sueca era cristiana hasta principios del siglo XX. Hoy, sin embargo, solo 1 de cada 10 suecos piensa que la religión es importante en la vida diaria o confía en algún líder religioso. En mi escuela, más del 90% de los estudiantes no son religiosos y aún menos son adventistas.
Esto conduce a varios obstáculos que se interponen en el camino de los estudiantes para llegar a una relación con Jesús. Hay mucha presión secular para no ser cristiano. Muchos de sus modelos a seguir son personas famosas, inteligentes e influyentes que no creen en Dios. Muchos son incluso anti-Dios. Además, los estudiantes tienen muchos conceptos erróneos sobre el cristianismo. Reconocen palabras como Jesús, salvación, cielo, infierno y fe, pero estas palabras son solo ruido religioso para ellos. O no significan nada o tienen connotaciones negativas. Como resultado, la mayoría de los jóvenes aquí ni siquiera consideran creer en el cristianismo, al que ven como un cuento de hadas. Para ellos, la religión es anticuada y refutada.
Por eso he dejado de intentar convertirlos al cristianismo. En cambio, cuando salgo con estudiantes, tengo una meta mucho más modesta. Solo quiero “ poner una piedra en su zapato. ” Trato de dejarlos con un pensamiento desafiante o una pregunta que los moleste en el buen sentido y desafíe su forma de pensar. Quiero dejarles una pequeña muestra de la verdad acerca de Dios. Si la interacción es más profunda, genial, pero si no, también está bien.
¿Recuerdas la interacción que tuvo Jesús con la mujer junto al pozo? Ella trajo a su gente de regreso a ver a Jesús, y Él les dijo a sus discípulos, que no habían hecho nada por esta cosecha en particular, que estaban a punto de cosechar lo que no sembraron. Luego en Juan 4:36 Él dijo: “El que siembra y el que siega se regocijen juntos”. Dios tiene personas que juegan todo tipo de papeles diferentes en Su obra de salvación. Unos siembran las semillas mientras que otros recogen la cosecha. Ninguno es más importante que los demás.
Siempre estoy preparado si Dios pone a alguien en mi camino que esté listo para comprometerse a una vida siguiendo a Jesús. Pero en la Suecia secular, algunas conversiones toman años. Algunos tardan décadas. Eso es mucha jardinería. Significa que, en su mayor parte, nunca veré las cosechas en las que tuve un pequeño papel.
Pero eso está bien. Soy jardinero, y Dios también los necesita.
Fuente: https://www.adventisteducators.org
