Pobreza en el paraíso

Noticias Adventistas 2024.07.09

En un pequeño pueblo de la región de El Paraíso enclavado entre las montañas de Honduras, vive una mujer llamada Santos Victorina Tomás Flores. Santos es madre de cuatro hijos: tres niños y una niña. Sus días están llenos de amor por sus hijos, pero también de la dura realidad de la pobreza que atenaza sus vidas. Viven en una pequeña choza con suelo de tierra y sin electricidad ni agua corriente.

Los días de Santos comienzan temprano, ya que se levanta con el sol para atender las necesidades de sus hijos. Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, hubo momentos en los que no pudo proporcionar suficiente comida para sus hijos hambrientos.

La vida en el pueblo es dura. Los empleos son escasos y los magros ingresos del marido de Santos son insuficientes para alimentar a la familia. Han vivido con el temor constante de no poder cubrir ni siquiera las necesidades más básicas.

Santos recuerda la desesperación que sentía cuando sus hijos la miraban con ojos suplicantes, pidiéndole comida que ella no podía darles. Ella cuenta cómo soportaron el hambre, sacrificando las comidas de la pareja para que sus hijos no pasaran hambre. Ella recuerda entre lágrimas cómo muchas veces se le rompió el corazón cuando sus hijos rogaban incluso por una tortilla, mientras sus pequeños estómagos rugían de hambre.

En medio de las luchas, Santos ve un rayo de esperanza ahora que ADRA ha llegado a El Paraíso. La agencia humanitaria está ayudando a Santos a comprar alimentos para su familia. ADRA se asocia con la Oficina de Asistencia Humanitaria (BHA) de USAID para brindar asistencia vital a familias como los Tomás Flores, que viven en las comunidades del “corredor seco” de Honduras afectadas por el cambio climático y la propensión a la sequía.

El Proyecto de Transferencia de ADRA proporciona transferencias de efectivo a familias para la compra de alimentos, tecnología agrícola inteligente, huertos familiares, semillas tolerantes a la sequía como el sorgo, así como programas de salud y nutrición. Los especialistas en nutrición y voluntarios de ADRA visitan hogares y alimentan a niños desnutridos con galletas nutritivas para mejorar su bienestar.

Santos agradece la ayuda que recibe. Ahora observa con alegría cómo sus hijos y su bebé empiezan a comer mejor y recuperan su salud. Con lágrimas de alegría, agradeció a Dios por el cambio significativo en su familia, particularmente en su bebé, que estaba críticamente desnutrido. “Le di las galletas y empezó a comer. Cuando los terminó, se cambió y se comió el resto de la comida. Estoy encantada porque está creciendo pero verlo así me hizo llorar. Y gracias a ti y a Dios por las pequeñas semillas que cada uno de nosotros planta”.

Gracias al apoyo de ADRA, la familia está plantando tomates y pepinos para complementar su dieta y aliviar su carga financiera. Santos sabe hasta dónde han llegado. La familia ya no sufre como antes. Con el Proyecto Transfer, pueden permitirse más cosas que necesitan.

Para cientos de familias, como los Tomás Flores, la aldea ha pasado de ser una aldea de pobreza a una de resiliencia y esperanza. La historia de Santos, aunque llena de dificultades, destaca la perseverancia y el impacto de la ayuda humanitaria ofrecida por ADRA y BHA. Mientras Santos contempla el futuro, simplemente aspira a un lugar mejor para criar a sus hijos:

“Por favor, sigan ayudando, tal vez algún día podamos encontrar una manera de reconstruir nuestra casa para que mis hijos puedan tener agua para beber, electricidad para hacer sus tareas y un mejor piso para dormir”.


Fuente: https://adra.org/