Pintor con la boca brasileño lanza su autobiografía para compartir su historia

Noticias Adventistas 2024.08.24

Un día podrás mover el torso, las piernas y los brazos. Al siguiente, un accidente te deja tetrapléjico y dependes de una silla de ruedas para desplazarte. ¿Qué harías para seguir viviendo en estas circunstancias? Marcelo Cunha se vio obligado a responder esa pregunta en 1991, cuando un accidente cambió drásticamente su vida. Desde entonces, se ha convertido en un pintor con la boca prolífico y consumado.

El 10 de agosto, Cunha lanzó la segunda edición de su autobiografía, donde comparte su camino de fe, superación y resiliencia. El libro Se necesita aceptación ofrece un mensaje de esperanza para todos los que enfrentan desafíos en sus vidas, dijeron los editores. El lanzamiento de la autobiografía de Cunha tuvo lugar en la Iglesia Adventista Central de Río de Janeiro. Para Cunha fue un gran sueño hecho realidad. “Tenía un profundo deseo de actualizar mi libro. Ahora presenta un lenguaje más fácil de leer y atractivo. La lectura será una oportunidad para compartir mi experiencia personal y romper tabúes y prejuicios”, afirmó.

Cunha, que pinta con la boca desde hace más de 30 años tras quedar tetrapléjico, es un verdadero ejemplo de determinación y talento, afirman quienes lo conocen. “Con aproximadamente 280 obras en su portafolio, Cunha ha transformado su adversidad en una forma extraordinaria de expresión artística”, dijeron.

Sus inicios

Cunha sufrió un accidente en una cascada cuando tenía 21 años. Cuando se encontró sin libertad física, interrogó a Dios sobre el sentido de su vida.

Un día se topó con un reportaje en el que observaba a un joven pintando con la boca. El informe lo inspiró y sintió que vivir del arte era una llamada de Dios.

Cunha también encontró en un pasaje bíblico otra respuesta de Dios. “Creo que tener un propósito es lo que le da sentido a nuestra vida. En Eclesiastés 9:10 encontré el mío”, dijo. “Ese versículo dice que debes poner todo tu corazón para hacer lo que se te presente”.

Siguiendo ese consejo, Cunha pone todo su empeño en cada pincelada, y muchos encuentran el resultado sorprendente. “¡Si no lo hubiera visto con mis propios ojos, no lo creería!” dijo uno de los presentes en la presentación del libro, refiriéndose a la riqueza de los detalles de los lienzos.

Trabajando en el nuevo volumeen

Su discapacidad motriz no impidió que Cunha reescribiera el libro solo. Usando su computadora, escribía letra por letra con la ayuda de un mouse óptico. En ocasiones utilizaba un programa de voz. “Escribí muchas horas. Fueron necesarios aproximadamente dos años y mucha investigación para lograr una segunda edición que logre compartir lo que Dios significa en mi vida”, dijo.


Fuente: https://www.adventistworld.org/