Después de un comienzo de año difícil debido a los disturbios políticos, Perú finalmente dio la bienvenida a sus primeros voluntarios de Maranatha en 2023. Cuarenta voluntarios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Central de Grand Rapids en Michigan, Estados Unidos, llegaron al país el 30 de marzo para construir el Iglesia Nueva Jerusalén en Puno.
Dirigido por Judy y David Shull, el equipo trabajó rápidamente para construir los muros y terminó todo el trabajo de bloques al final de su viaje misionero. Los voluntarios, que incluían a varios estudiantes y padres de la Academia Adventista de Grand Rapids, también organizaron un programa de Escuela Bíblica de Vacaciones durante la semana, construyeron 18 bancos de madera y financiaron y erigieron una nueva cerca exterior para la propiedad. También pagaron por una nueva pasarela que conducía a las puertas principales. Todo el trabajo de la propiedad se completó a tiempo para una gozosa dedicación del sábado.
“Estamos muy agradecidos de haber ido a construir la iglesia para esta comunidad. Fue simplemente increíble”, dijo Judy.
El nuevo lugar de culto ha sido una lección de paciencia y fe para la congregación de Nueva Jerusalén. El grupo comenzó en 1990 reuniéndose en una casa. Eventualmente, compraron la propiedad actual, que venía con una pequeña estructura de adobe. Desafortunadamente, el edificio comenzó a desmoronarse. Hubo goteras y pisos inundados durante la temporada de lluvias y, finalmente, la integridad de la iglesia se vio comprometida. José Flores, uno de los líderes de la iglesia, dijo: “Necesitábamos otro templo, sin importar qué… [Éste] estaba a punto de colapsar”.
Luego, en 2019, la congregación se enteró del último esfuerzo de Maranatha en Perú y se emocionaron al saber que estaban en la lista para recibir una nueva iglesia. Derribaron el edificio y prepararon la propiedad para la construcción. Pero en ese momento, llegó la pandemia, cerrando el mundo y todos los proyectos de Maranatha.
Perú fue especialmente golpeado por el virus y sufrió una de las tasas de mortalidad más altas por COVID. El gobierno también promulgó regulaciones estrictas sobre la población, controlando el movimiento y prohibiendo los viajes dentro y fuera del país. Mientras tanto, mientras Maranatha pudo comenzar a trabajar en otras áreas en cuestión de meses, Perú se quedó esperando durante más de un año.
En junio de 2021, 29 voluntarios se dirigieron a Perú por primera vez desde la pandemia. Desde entonces, ha habido un flujo constante de voluntarios. Pero en diciembre de 2022, el país enfrentó una gran inestabilidad política. La situación causó una interrupción significativa en partes de Perú, lo que afectó la entrega de alimentos y recursos a ciertas regiones. También tuvo ramificaciones para Maranatha, ya que se programaron siete proyectos de voluntariado en Juliaca y Puno, áreas especialmente afectadas por los disturbios. Uno por uno, esos equipos cancelaron o fueron reasignados a República Dominicana, excepto Grand Rapids Central. Decidieron esperar y ver cómo se desarrollaban las cosas en Perú. Su paciencia ganó cuando las manifestaciones finalmente disminuyeron.
“Creo que [al] esperar en el Señor, pudimos ver Su mano cobijándonos mientras íbamos a servir a otras personas. Pudimos ver el impacto que tendrá la nueva iglesia en la congregación local y su visión de crecimiento”, dijo David. “Ver su sueño cumplido, simplemente te quita el aliento”.
Dado que las protestas se localizaron en ciertas regiones, el equipo de campo de Maranatha ha podido continuar trabajando en Pucallpa, donde los equipos están construyendo iglesias. Los equipos locales también están ayudando con proyectos que originalmente se asignaron a grupos de voluntarios pero que tuvieron que cancelar. En total, Maranatha planea construir 100 iglesias en Perú en 2023.
Fuente: https://www.adventistworld.org/
