Música: ¡Tómalo o arriésgalo!

Comentarios 2023.07.04

Es comúnmente aceptado, al menos teóricamente, que la música es una excelente herramienta para la educación. Sin embargo, la música solo encuentra en ocasiones su mejor lugar en la vida escolar, ya sea por falta de personal especializado para dirigir las actividades musicales o por diferentes prioridades administrativas. Como educadores adventistas, debemos marcar la diferencia en este sentido. Si brindamos a nuestros estudiantes educación musical basada en la Biblia, evitarán recibir una perspectiva distorsionada de sus experiencias musicales con las redes sociales, las plataformas de transmisión y las interacciones entre pares. Con este contexto en mente, podemos preguntarnos: ¿Cuál debe ser el papel de la música en una institución educativa adventista? ¿Cómo podemos usarlo para nutrir a nuestros estudiantes?

La música sirve al desarrollo equilibrado de la persona en su totalidad, uno de los objetivos más importantes de la educación adventista. Contribuye a las capacidades físicas, desde la respiración adecuada hasta la motricidad fina y los procesos cognitivos como la concentración, la coordinación, la creatividad y la memoria. Además, el ámbito social se beneficia a través de conjuntos y creación musical colaborativa. Sobre todo, la música puede proporcionar un marco espiritual para comprender y compartir las verdades bíblicas.

Nuestras instituciones pueden incluir la música de varias maneras. Además de los cursos de música, prácticamente todas las materias nos permiten utilizar actividades musicales para reforzar el aprendizaje de nuevos conceptos, favoreciendo así la integración curricular, y fomentar la integración de la fe y el aprendizaje a través de la música. Fuera del aula, podemos crear proyectos extracurriculares como conjuntos o eventos que brindan una oportunidad fantástica para involucrar a los estudiantes, profesores, personal, exalumnos y padres y para involucrar a nuestros estudiantes en los esfuerzos de la misión. Incluso podemos utilizar nuestros proyectos musicales con fines de marketing.

Lo que funciona en una escuela puede no funcionar en otra, pero la música siempre será un ingrediente perfecto para el menú de una institución educativa. Si encontramos la manera correcta de incluir la música en nuestras escuelas y universidades, nuestros estudiantes:

  • Convertirse en adoradores más comprometidos
  • Ser capaz de tomar decisiones musicales sabias
  • Benefíciese de los espacios para aprender y socializar
  • Disfruta de un ambiente escolar más agradable
  • Obtener una educación más completa
  • Crecer holísticamente

La música puede contribuir significativamente a nuestro ministerio educativo, pero debemos aprovecharla. La música no es la única manera de lograr nuestras metas, pero es un regalo de Dios, un anticipo de la eternidad que podemos y debemos usar en beneficio de nuestros estudiantes. Si no lo hacemos, las fuerzas del mal pueden distorsionarlos y contrarrestar nuestros esfuerzos redentores. Así que no descuidemos el uso adecuado de la música en nuestras instituciones; en cambio, ¡dejemos que se convierta en la bendición que Dios quiso que fuera!


Fuente: https://www.adventisteducators.org/