Una de las mujeres asistidas por el proyecto es Janaína Pego. Vive en Belo Horizonte, Minas Gerais, y con la enfermedad de su madre, tuvo que dejar su trabajo informal de niñera para cuidar a su madre, quien murió poco después.
Con el dolor vino la depresión. Janaína no tenía los medios económicos para pagar el alquiler. Así, inició una oscura trayectoria en las calles de la capital de Minas Gerais, donde permaneció durante cuatro años. “Vivir en la calle no es fácil. No tenemos un lugar para dormir, para ducharnos, no almorzamos hasta que recibamos donaciones. Hay mucha violencia, prejuicio, desprecio. Tienes que dormir con un ojo cerrado y el otro abierto”, dice.
La ex niñera explica que la indiferencia de la sociedad aumenta el sufrimiento de las personas sin hogar. “La gente piensa que por vivir en la calle somos inferiores, pero no lo somos. Somos seres humanos, como todos los demás. Sin embargo, estamos en una situación de fragilidad y necesitamos refugio”, desahoga.
RECEPCIÓN Y SEGURIDAD
En 2020, Janaína recibió este refugio a través del proyecto Casa de Mulheres, mantenido por la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA ), que cuenta con el apoyo de la administración municipal de Belo Horizonte.
Según Cinara Rocha, coordinadora del proyecto, en el sitio, que está en el barrio de Copacabana, son acogidas unas 50 mujeres sin hogar. “Les ofrecemos un hogar seguro, confortable, en condiciones para que puedan, con apoyo técnico y acceso a otras políticas sociales, superar la situación de vulnerabilidad”, explica.
La casa de recepción cuenta con varias habitaciones amobladas, cocina, área de recepción, amplia sala, alberca, biblioteca y cómodas camas, entre otras amenidades. Cinara también destaca que las mujeres reciben acceso a salud, alimentación, educación y ocio, entre varios otros beneficios que las preparan para reintegrarse a la sociedad.
TRANSFORMACIÓN E INDEPENDENCIA
Eso fue lo que le pasó a Janaína. Con el apoyo del proyecto ADRA, fue encaminada a cursos de calificación profesional en las áreas de manipulación de alimentos, cocina y manualidades. “Me fui a casa con goles. No quería parar. Quería cambiar mi vida. Con la ayuda de los consejeros, fui después de los cursos y cuidé mi salud, que estaba fallando. Mi vida ha cambiado radicalmente”, dice emocionada.
Janaína reanudó sus estudios y terminó el bachillerato. En 2021, obtuvo el bono de vivienda, un subsidio ofrecido por el municipio de Belo Horizonte, que posibilita que los beneficiarios salgan del albergue para vivir de forma autónoma y segura en sus propios hogares. “Era lo que más soñaba: tener mi casa. ADRA me apoyó mucho, me dio la oportunidad de seguir adelante con mi vida y lograr mi independencia”, celebra Janaína.
Como ejemplo de superación y motivación para los demás beneficiarios del servicio, Janaína fue contratada por ADRA y comenzó a trabajar como ayudante de cocina en Casa de Mulheres, proyecto que la acogió.
“Este proyecto es fundamental para atender a las mujeres que se encuentran en la calle sufriendo diversos tipos de violencia, sobre todo en el contexto actual en el que se encuentran muchas personas, sin las mínimas condiciones de supervivencia”, destaca Cinara.
PUEDES AYUDAR
El proyecto Casa de Mulheres busca voluntarias que puedan trabajar en talleres y cursos vocacionales y también ayudar con la donación de artículos de higiene femenina, ropa en buen estado, zapatos, ropa interior y ropa de cama, entre otras necesidades.
También puedes hacer una donación a través del pix CNPJ 16.524.054/0002-77 y ayudar a decenas de personas que están pasando momentos difíciles como el de Janaína.
Las voluntarias que estén interesadas en participar en los proyectos pueden programar una visita a la unidad para conocer de cerca todas las acciones que son tan necesarias para las mujeres en situación de vulnerabilidad.
Por ADRA Brasil
Fuente: https://adventist.news/
