Los visitantes de la clínica recibieron atención dental y de la vista, exámenes físicos escolares, atención primaria y vacunas contra el COVID-19. Intérpretes voluntarios y 25 grupos comunitarios también brindaron servicios adicionales, incluida información sobre atención médica y recursos de servicios sociales disponibles en el área.
Las clínicas de la misión atraen a personas que han vivido en la comunidad durante años, así como a recién llegados. Entre los niños que acudieron a la clínica se encontraba un niño que huía del conflicto en Ucrania y una familia recién llegada de Colombia.
Lisa Fortman, MD, médica familiar en AdventHealth Medical Group, ayudó a cuidar a estos y otros pacientes. El niño ucraniano, de unos diez años, había llegado recientemente a Estados Unidos con su madre. Estaba en la clínica con su tío, quien ayudó a traducir.
“Al principio, tenía una mirada de miedo en su rostro, pero pudimos darle un poco de consuelo. Incluso logré que sonriera”, dijo el Dr. Fortman. “Sentí que le estaba dando la bienvenida a los EE. UU. Fue un honor y un privilegio para mí poder ayudar a mi manera y demostrar que todavía hay amor en este mundo”.
Fortman también examinó a los cinco niños colombianos que habían emigrado unas semanas antes, les dio exámenes físicos escolares y respondió preguntas que algunos de los niños mayores tenían sobre su atención médica.
Diane Novak, RN, enfermera a cargo de AdventHealth La Grange, también atendió a los niños colombianos. “Estuvieron allí durante un par de horas para tener acceso a los recursos que les proporcionamos”, dijo.
“Estaban tratando de abrirse camino en un lugar con el que no estaban familiarizados y en un idioma que no entendían”, dijo Heather Hoffman, directora regional de Clinical Mission Integration para la región de los Grandes Lagos. “Simplemente estuvimos presentes en un momento en que realmente necesitaban ayuda”.
Hoffman también dijo que el evento mostró la dedicación y la compasión de los voluntarios, quienes dedicaron su tiempo en sábado para ayudar a los demás. “Estos son médicos que trabajaron incansablemente durante los últimos dos años y más para cuidar a las personas. Eso dice cosas maravillosas sobre la cultura de los miembros de nuestro equipo”.
Además, el Dr. Fortman y Novak se apresuraron a decir que se sentían honrados de ayudar en la clínica.
“Todo el personal que se ofreció como voluntario estaba realmente entusiasmado”, dijo Novak. “Estuvimos allí temprano; hicimos una pequeña charla en círculo; hicimos una pequeña oración. Todo el mundo estaba tan emocionado de ponerse en marcha”.
El Dr. Fortman estuvo de acuerdo y dijo: “Es nuestra oportunidad de usar los talentos que Dios nos dio y extenderlos a otras personas, para derramar algunas de las bendiciones que recibimos en nuestra vida a los demás.
“Poder conectarme con otras personas simplemente me hace sonreír. Siempre me siento bien cuando llego a casa después de una clínica. Me da una sensación de paz”.
Por Julie Busch
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