Hola, amigos. Si observamos el mundo de hoy, resulta evidente que algo ha ido terriblemente mal. Cada vez que vemos las noticias, ya sea en la televisión, Internet, las redes sociales o el periódico, encontramos noticias profundamente preocupantes: el crimen está descontrolado, el consumo de drogas se dispara, las familias se desintegran, el mundo político está implosionando y las guerras continúan, dejando tras sí miseria, dolor y muerte.
La gente de todas partes, de todas las religiones o de ninguna, reconocen que estamos viviendo tiempos inusualmente problemáticos y buscan respuestas. ¿Cuál es la causa de toda esta agitación y convulsión? ¿Mejorará alguna vez la situación o solo empeorará?
«La Biblia nos da una pista sobre lo que ha provocado todo este sufrimiento. En Isaías 24:4-6 leemos: «»Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados.»»
«Observa la frase clave aquí: «porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno.» ¿De quién es la ley? ¿De quién es el pacto? La respuesta, por supuesto, es la ley de Dios. Después de todo, Él es quien primero dijo: «Honra a tu padre y a tu madre;» «No matarás;» «No cometerás adulterio—sé fiel a tu cónyuge;» «No robarás;» «No mentirás» y así sucesivamente. No solo son estos mandamientos eternos parte de la ley de Dios, sino que han servido como los principios fundamentales para las leyes de los países civilizados de todo el mundo.
«Desde el origen de la gran controversia en el cielo, el propósito de Satanás ha consistido en destruir la ley de Dios», leemos en el Conflicto de los Siglos. «Para realizarlo se rebeló contra el Creador y, aunque expulsado del cielo, continuó la misma lucha en la tierra.
Engañar a los hombres para inducirlos luego a transgredir la ley de Dios, tal fue el objeto que persiguió sin cejar».
De varias maneras, Satanás ha intentado despreciar la ley de Dios y a Dios mismo, insinuando que el Todopoderoso es irrazonable, que Sus mandamientos son una carga pesada e imposibles de obedecer. En su lugar, él introduce sus propias doctrinas retorcidas, «enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres,» como Jesús señaló en Mateo 15:9.
Lamentablemente, Satanás ha tenido una gran influencia en tergiversar las enseñanzas de la Biblia, y ahora muchos están siguiendo las tradiciones humanas en lugar de la verdad de las Escrituras.
«El último gran conflicto entre la verdad y el error no es más que la última batalla de la controversia que se viene desarrollando desde hace tanto tiempo con respecto a la ley de Dios»», escribe Elena de White. «»En esta batalla estamos entrando ahora; es la que se libra entre las leyes de los hombres y los preceptos de Jehová, entre la religión de la Biblia y la religión de las fábulas y de la tradición».
Ella continúa diciendo: «Muchos han llegado al punto de negar doctrinas que son el fundamento mismo de la fe cristiana. Los grandes hechos de la creación como los presentan los escritores inspirados, la caída del hombre, la expiación y el carácter perpetuo de la ley de Dios son en realidad rechazados entera o parcialmente por gran número de los que profesan ser cristianos».
Ella continúa, como si escribiera hoy: «Miles de personas que se envanecen de su sabiduría y de su espíritu independiente, consideran como una debilidad el tener fe implícita en la Biblia; piensan que es prueba de talento superior y científico argumentar con las Sagradas Escrituras y espiritualizar y eliminar sus más importantes verdades».
Ustedes ven amigos, cuando las enseñanzas de Dios son dejadas de lado, incluyendo Sus mandamientos, la sociedad comienza a desmoronarse. «Al rechazar la verdad, los hombres rechazan al Autor de ella».
A medida que nos acercamos a los últimos días de la historia de la Tierra, Jesús nos advierte sobre lo que sucederá antes de su regreso. “Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: «Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras… Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores».
Jesús entonces da una advertencia severa:»Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre».
¿Cómo puede ser esto? ¿Por qué los seguidores de Cristo enfrentarían persecución e incluso la muerte antes de su Segunda Venida?
Bueno, sabemos lo que les sucedió a los primeros apóstoles. Después de recibir el derramamiento del Espíritu Santo, “trastornaron el mundo entero” mientras eran testigos de Cristo en todo el mundo conocido de entonces. Al final, cinco de los apóstoles fueron crucificados, incluido Pedro, quien pidió ser crucificado boca abajo. Tres fueron apedreados hasta la muerte, dos murieron por la espada y uno, Santiago, el hermano de Juan, fue decapitado. Solo Juan murió de muerte natural, años después de ser hervido en aceite y luego exiliado por su fe.
«A lo largo de la historia cristiana, los fieles seguidores de Cristo han enfrentado persecución e incluso la muerte por su causa. Y se nos advierte en una profecía específicamente centrada en los tiempos del fin que la persecución volverá a los seguidores de Jesús. Leemos en Apocalipsis 12:17 que «el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo».
¿Qué significa esto, y cómo podemos estar preparados para un momento como este? En nuestro próximo video responderemos estas preguntas y más. Mientras tanto, recordemos a los muchos fieles que nos han precedido, y, como leemos en Hebreos 12:1,2:
«…despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios».
Te invito a orar conmigo ahora mismo.
Padre celestial, sabemos que muchos han sido perseguidos por tu causa. Te pedimos que nos fortalezcas a cada uno de nosotros para enfrentar el futuro y lo que pueda venir.
Ayúdanos a saber que podemos apoyarnos completamente en ti, sin importar la situación, y que nos llevarás a través de todo para la gloria de tu nombre. Y pase lo que pase, Señor, sabemos que, en el análisis final, puedes traer vida eterna a todos los que han muerto en Cristo, que han testificado y dado testimonio de la bondad de la ley de Dios y de su carácter, cuyo fundamento es el amor. Señor, bendícenos a cada uno de nosotros y fortalécenos para los tiempos venideros. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Fuente: https://interamerica.org/es/