La salud emocional del docente

Comentarios 2023.09.16

El cansancio, el estrés y la ansiedad son síntomas recurrentes en la rutina de algunos profesionales de la educación. Comienza el año y cuando lo vemos ya estamos inundados de obligaciones, por no hablar de las complicaciones y malestares del día a día en las aulas.

¿Alguna vez has pensado en dejar este puesto? Si esto se te pasó por la cabeza, no es de extrañar. Dedicarse diariamente al rol de enseñar y cuidar puede agregar presión emocional capaz de desarrollar enfermedades y conductas desequilibradas.

Sabemos que no es tarea fácil manejar cada detalle de tu trabajo. Por eso, pensamos y organizamos en este texto algunas estrategias para que apliques y tengas una mejor calidad de vida en tu rutina.

¿Cómo está tu salud emocional?

En el ámbito de la salud emocional, existen varias áreas médicas que tratan y monitorean a los pacientes que diariamente requieren intervenciones psicológicas.

Sin embargo, todavía existe un rechazo y resistencia entre las personas a la hora de afrontar las emociones, llegando incluso a anular los propios sentimientos y las señales que presenta el cuerpo.

No te equivoques, la salud emocional puede ser como una bomba de tiempo lista para explotar en cualquier momento.

¿Qué hacer con los sentimientos negativos?

El camino más equilibrado es encontrar la raíz del problema y tratar el daño causado a la salud emocional. Una buena orientación de un profesional de la salud mental puede ser una excelente opción. Además, existen algunas formas efectivas de cuidar y mantener nuestra salud emocional por nuestra cuenta.

Comience siguiendo los siguientes pasos:

  • Acepta tus sentimientos, dale crédito a lo que sientes. Es normal sentir enfado, impaciencia, desánimo, tristeza y frustración. No somos inmunes a los sentimientos negativos, son parte de lo que somos. Luchar contra un sentimiento no trae paz, sino estrés. Para equilibrar lo que sentimos es necesario reconocer la emoción y expresarla de forma equilibrada, ya sea hablando con alguien, escribiendo o buscando ayuda espiritual. Recuerda que Dios siempre está dispuesto a escucharte. ¿Quieres hablar con Él ahora?
  • Piensa positivamente. La forma en que pensamos determina cómo nos sentimos. El negativismo es capaz de encubrir las bendiciones y alegrías de la vida. ¿Qué tal cambiar el enfoque de las situaciones que experimentas hacia el lente de la gratitud? Cuando nos detenemos a visualizar lo que nos hace felices en nuestro día a día, automáticamente cambiamos nuestra forma de pensar y así conseguimos darle un nuevo significado a nuestras emociones.

¿Practicamos esto ahora?

Situación 1
Pensamiento negativo: Mis alumnos son muy desobedientes. No me gusta este grupo.
Pensamiento positivo: Agradezco poder contribuir al desarrollo de las personas. Soy capaz de buscar y estudiar formas de mejorar el comportamiento de mis alumnos. Sé que Dios está conmigo y me ayudará en mis desafíos profesionales.

Situación 2
Pensamiento negativo: no disfruto lo que hago. No me gusta mi trabajo. Haré lo mínimo en mi rol.
Pensamiento positivo: estoy agradecido de tener un trabajo. Este rol me ayuda a desarrollar mis habilidades. Me esforzaré y veré cada día como una nueva oportunidad para vivir y dejar el mundo con un poco más de conocimiento.

  • Acepta tus límites y sé amable contigo mismo. Nadie está hecho de hierro y cada uno está librando una batalla personal diferente. Usted y sus colegas están en el mismo barco, pero cada uno trae consigo diferentes problemas y responsabilidades. En los días bajos, busque ayuda. Ser amable con usted mismo. Conoce tus límites, trata de ser menos crítico contigo mismo y acepta tus fracasos como oportunidades para un nuevo comienzo. Ayude a otros a su lado cuando se enfrenten a situaciones difíciles, ya sea un colega profesional o un estudiante. ¡La bondad nunca está de más!
  • Cultiva buenos hábitos. Selecciona lo mejor para tu vida. Sé prudente a la hora de elegir tus hábitos, ya que determinarán tu futuro, además de fortalecer tu salud emocional. ¿Tus hábitos han contribuido a tu bienestar?

Imaginemos nuestros hábitos como globos inflados. ¿Cuáles desecharías y cuáles mantendrías en tu vida?

Balões: Lectura, Ejercicios físico, Uso excesivo do celular, Procrastinación, Descuido personal, Autocuidado, Amistades tóxicas, Sedentarismo, Alimentación equilibrada, dormir cedo, ausencia de opinión propia, Autoestima, Optimismo, Gratitud, Negativismo, Exceso de trabajo,  Tiempo en familia.

Esperamos que esta lectura lo haya inspirado a buscar formas saludables de cuidar su salud emocional, profesor.

¡Recuerda si! Cuidar quiénes somos también significa cuidar lo que sentimos y pensamos. Este mantenimiento va más allá de querer sentir o no un sentimiento. Sobre todo, requiere decisiones inteligentes de nuestra parte.

¡Haz lo mejor que puedas y elige ser feliz!


Fuente: https://www.adventisteducators.org/