La luz brillante de la esperanza

Comentarios 2023.12.17

Sarah era una niña dulce, siempre dispuesta con una sonrisa y un saludo alegre. Pero un día una nube oscura pareció posarse sobre su corazón y no podía explicar por qué. Se sentía triste y preocupada todo el tiempo, y sus amigos y familiares notaron que algo andaba mal.

Una mañana soleada, mientras Sarah estaba sentada sola bajo la sombra de un gran roble, su abuela, la abuela Ruth, se acercó a ella con una sonrisa amable. La abuela Ruth tenía una manera de entender las cosas que nadie más tenía.

“Sarah”, dijo la abuela Ruth, “puedo ver que llevas una pesada carga en tu corazón. ¿Te gustaría hablar de ello?

Las lágrimas brotaron de los ojos de Sarah y asintió. “No lo sé, abuela. Me siento tan triste y asustada todo el tiempo. No sé qué me pasa”.

La abuela Ruth rodeó a Sarah con el brazo y la llevó a un lugar acogedor bajo el roble. Sacó una pequeña Biblia del bolsillo de su falda y la abrió en un versículo que sabía que traería consuelo a su nieta. Leyó en voz alta Filipenses 4:6, 7: “’No estéis afanosos por nada, sino que en toda situación, con oración y petición, con acción de gracias, presentad vuestras peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que trasciende todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús [NVI]”.

Sarah escuchó atentamente las palabras y se secó las lágrimas. “¿Pero cómo hago eso, abuela? ¿Cómo dejo de estar ansioso?

La abuela Ruth sonrió cálidamente y respondió: “Es un viaje, querida. Como cualquier otro viaje, comienza con un solo paso. Primero, oramos juntos y entregamos todas nuestras preocupaciones a Dios. Él se preocupa profundamente por ti y quiere ayudarte”.

Entonces Sarah y la abuela Ruth se arrodillaron bajo el roble y oraron juntas, derramando todos los temores y preocupaciones de Sarah ante Dios. Sintió un rayo de esperanza, como una pequeña luz que brillaba en la oscuridad de su corazón.

Cuando se levantaron de sus rodillas, la abuela Ruth tomó su mano y comenzaron a caminar por el sendero hacia casa. Se quedaron en silencio por un momento antes de que la abuela volviera a hablar. “Sabes, Sarah, no estás sola. ¡Hay muchas otras personas en el mundo que han tenido el mismo tipo de sentimientos que tú! Incluso los héroes fuertes de la Biblia como David enfrentaron momentos de tristeza y miedo. En el libro de los Salmos, David habló de sus luchas. En un versículo escribió: ‘El Señor escucha a su pueblo cuando le piden ayuda. Él los rescata de todas sus angustias’ [Sal. 34:17, NTV]. Sólo recuerda, cariño, que nunca estás solo en tus luchas. Dios está siempre contigo, dispuesto a escucharte y ayudarte”.

Sarah escuchó atentamente, con los ojos llenos de esperanza. La abuela Ruth le habló de otra persona de la Biblia, un joven llamado José. “Sara, José también pasó muchos momentos difíciles en su vida. Su madre murió cuando él era muy joven; sus hermanos le tenían tanta envidia que lo vendieron como esclavo; ¡Y lo acusaron de algo terrible que no había hecho y lo encarcelaron por ello! Pero en Génesis 50:20 dijo: ‘Tú pensaste hacerme daño, pero Dios lo dispuso para bien’ [NVI]. De alguna manera, José pudo ver que incluso cuando las cosas parecen difíciles, Dios puede convertirlas en algo hermoso”.

Mientras Sarah pensaba en estas historias, sintió un rayo de esperanza en su corazón. Quizás, sólo quizás, Dios también tenía un plan para su tristeza.

Durante las semanas y meses siguientes, Sarah continuó orando y buscando ayuda de sus padres y de un atento médico. También aprendió a compartir sus sentimientos con sus amigos, quienes le ofrecieron su amor y apoyo.

Un día, mientras Sarah estaba bajo el mismo roble, se dio cuenta de que la pesada nube que se había posado sobre su corazón había desaparecido. Recordó otro versículo que la abuela Ruth había compartido, del Salmo 34:18: “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los de espíritu abatido” (NVI).

Sarah sabía que Dios había estado con ella todo el tiempo, guiándola a través de la oscuridad de la ansiedad y la tristeza y conduciéndola hacia la luz brillante de la esperanza y la sanación. Compartió su historia con otras personas, recordándoles que incluso en sus momentos más oscuros nunca estuvieron solos. Con fe, oración y el apoyo de sus seres queridos, ellos también podrían encontrar paz y sanación.


PREGUNTAS:

  1. ¿Alguna vez te has sentido triste o preocupada, como le pasó a Sarah?
  2. ¿Qué le dijo la abuela de Sara sobre la presencia y la ayuda de Dios en tiempos difíciles? ¿Cómo puedes recordar esto cuando te sientes deprimido?
  3. ¿Puedes pensar en alguna ocasión en la que algo que parecía malo resultó ser bueno, tal como la historia de José?
  4. ¿Cuáles son algunas maneras en que puedes hablar con Dios y pedir ayuda cuando te sientes triste o ansioso?
  5. ¿Cómo puede ayudarte a sentirte mejor hablar con familiares o amigos de confianza, tal como lo hizo Sarah, cuando estás pasando por un momento difícil?
  6. Recuerda que Dios te ama y siempre está ahí para escucharte y ayudarte, tal como en el Salmo 34:17. ¿Cómo te hace sentir saber esto?

* Scripture quotations marked NLT are taken from the Holy Bible, New Living Translation, copyright © 1996, 2004, 2015 by Tyndale House Foundation. Used by permission of Tyndale House Publishers,


Fuente: https://www.adventistworld.org/