La Declaración Universal de Derechos Humanos cumple 75 años

Noticias Adventistas 2023.12.17

El 10 de diciembre de 2023 se cumple el 75.º aniversario de uno de los compromisos globales más innovadores del mundo: la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). Este documento fundamental consagra los derechos inalienables que tienen todos los seres humanos, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición.

La Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en París, el 10 de diciembre de 1948, y estableció, por primera vez, derechos humanos fundamentales que deben ser protegidos universalmente.

Disponible en más de 500 idiomas, es el documento más traducido del mundo. Una iniciativa de un año de duración centrada en la universalidad, el progreso y el compromiso culminará en un evento de alto nivel en diciembre de 2023, en el que se anunciarán compromisos e ideas globales para una visión del futuro de los derechos humanos.

AIDLR y la Declaración Universal de Derechos Humanos

El 25 de abril de 1945, Jean Nussbaum, médico que nunca abandonó la profesión, diplomático y director de Asuntos Públicos de la División de Europa del Sur de la Iglesia Adventista, asistió a la Convención de las Naciones Unidas en San Francisco. Su objetivo era establecer una organización internacional que siguiera los pasos de la Sociedad de Naciones. En el Consejo Económico y Social fue designado para ocuparse de cuestiones de derechos humanos. Allí conoció a la señora Eleanor Roosevelt, viuda del ex presidente de Estados Unidos. Los dos coincidieron inmediatamente en la cuestión de los derechos humanos. En el momento de su constitución, Nussbaum le pidió que aceptara el cargo de presidenta del comité honorario de la Asociación Internacional para la defensa de la libertad religiosa (AIDLR). Así, la AIDLR fue fundada en 1946 y la primera presidenta del comité honorario de esta asociación fue la señora Eleanor Roosevelt.

La Iglesia Adventista y la Declaración Universal de Derechos Humanos

La siguiente declaración fue votada por el Comité Administrativo de la Conferencia General el 17 de noviembre de 1998 y publicada por la Oficina de Asuntos Públicos de la Conferencia General, con motivo del 50º Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

‘Desde sus inicios a mediados del siglo XIX, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha apoyado los derechos humanos. Inspirados por los valores bíblicos, los primeros adventistas participaron en la lucha contra la esclavitud y la injusticia. Afirmaron el derecho de toda persona a elegir sus creencias según su conciencia, y a practicar y enseñar su religión con plena libertad, sin discriminación, respetando siempre la igualdad de derechos de los demás.

Los adventistas del séptimo día están convencidos de que, en la religión, el ejercicio de la fuerza es contrario a los principios de Dios. […]

[…] Al promover la libertad religiosa, la vida familiar, la educación, la salud, la asistencia mutua y la satisfacción de las necesidades humanas, los adventistas del séptimo día afirman la dignidad de la persona humana creada a imagen de Dios.[…]

[…] La Declaración Universal es un documento fundamental que defiende firmemente la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la no discriminación de las minorías.[…]

[…] El artículo 18, que defiende incondicionalmente la libertad religiosa en las creencias y prácticas, es de particular importancia porque la libertad de religión es el derecho humano fundamental que subyace y sustenta todos los derechos humanos.[…]’

La Biblia y los derechos humanos

Cualquier estudio honesto de la Biblia debe reconocer que el hombre, siendo creación especial de Dios, ha sido bendecido con ciertos “derechos humanos”. Cualquier verdadero estudiante de la Biblia será impulsado hacia ideales como la equidad, la justicia y la benevolencia. La Biblia dice que el hombre fue creado a imagen de Dios (Génesis 1:27).

La Ley Mosaica está llena de ejemplos de cómo Dios espera que cada uno de nosotros seamos tratados humanamente. Los Diez Mandamientos contienen prohibiciones contra el asesinato, el robo, los deseos desmedidos, el adulterio y el perjurio. Estas cinco leyes promueven el trato ético de nuestros semejantes.

Otros ejemplos de la Ley incluyen los mandamientos de tratar bien a los inmigrantes (Éxodo 22:21; Levítico 19:33-34), satisfacer las necesidades de los pobres (Levítico 19:10; Deuteronomio 15:7-8), garantizar préstamos sin intereses a los pobres (Éxodo 22:25), y liberar a todos los sirvientes bajo contrato cada cincuenta años (Levítico 25:39-41).

“Esto tienen en común el rico y el pobre: ​​a ambos los hizo Jehová” (Proverbios 22:2). A su vez, la Biblia enseña que los cristianos no deben discriminar por motivos de raza, género, origen cultural o posición social (Gálatas 3:28; Colosenses 3:11; Santiago 2:1-4). Debemos ser amables con todos (Lucas 6:35-36). La Biblia da serias advertencias contra el aprovechamiento de los pobres y oprimidos. “El que oprime al pobre ultraja al que lo hizo, pero el que se compadece del necesitado lo honra” (Proverbios 14:31).


Fuente: https://news.eud.adventist.org/en/