La ciudad de Alvorada en Brasil es parte de la región metropolitana de Porto Alegre, la capital del estado sureño de Rio Grande do Sul. Alvorada fue una de las ciudades afectadas por las masivas inundaciones en el sur de Brasil que comenzaron a finales de abril y cuyos efectos continúan.
Contra todo pronóstico, Carolina Calegaro, una joven profesora adventista de ciencias y biología y líder juvenil de su iglesia local, viajó a Brasilia para asistir a la convención juvenil Maranata de la División Sudamericana de 2024 después de sobrevivir a las inundaciones masivas en Alvorada. Aunque ella y cuatro amigos se habían registrado hace aproximadamente un año, la última semana de abril trajo malas noticias y pensaron que no podrían asistir. Debido a las intensas lluvias y las consiguientes inundaciones, el aeropuerto de Porto Alegre quedó inundado y sus pistas cerradas indefinidamente.
“Ya habíamos comprado nuestros boletos y todo estaba listo”, dice Carolina. “Entonces, de repente, nuestros planes se vieron frustrados”.
La casa donde vive Carolina con su madre y su hermana quedó inundada. Se perdieron los muebles de su dormitorio, cocina y sala. La familia logró rescatar algunos artículos con la ayuda de pequeñas embarcaciones y una retroexcavadora. “Nunca habíamos visto algo así. El agua nos llegó al pecho”, dice.
Cambio de planes
Ante lo inimaginable, Carolina pensó que tendría que cancelar. El hecho de que su familia lo hubiera perdido todo la hizo preguntarse si debería viajar. Además, su madre estaba recibiendo tratamiento de quimioterapia y pensó que debía quedarse en casa. Carolina se reunió con amigos para discutir sus opciones, ya que el aeropuerto estaba cerrado y muchas carreteras de la zona habían sufrido deslizamientos de tierra.
Con el estímulo de sus familias, que ahora se alojaban en una casa alquilada en Porto Alegre, el grupo de jóvenes decidió seguir adelante y viajar a la asamblea en Brasilia. Los líderes adventistas locales también apoyaron a quienes deseaban viajar. “Me sentí triste y bastante pesimista, pero vi que Dios estaba abriendo puertas, así que sentí que realmente quería que estuviéramos en la convención”, dice Carolina.
En Alvorada, el grupo local de jóvenes adventistas que dirige Carolina está organizando un esfuerzo conjunto con otros voluntarios para limpiar las casas de las personas afectadas por las inundaciones. El grupo también ha visitado un refugio en la ciudad para cantar y jugar. “Carolina es una de esas personas que ha marcado una diferencia en nuestra región y en gran parte de nuestro estado”, dice Adilson Barros, pastor de la congregación adventista Vila Americana. “Es algo que acaba reflejándose positivamente en la vida de otras personas”.
Carolina explica que se siente amada por Dios a pesar de su terrible experiencia. “Participar en la convención de Maranata es como un respiro para mí, porque me sentí muy triste, pero este evento me está dando alegría y una renovación de mi esperanza”, afirma.
Elmar Borges, director de ministerio juvenil adventista en la Unión Asociación Adventista del Sur de Brasil, destacó la importancia del apoyo mutuo y el voluntariado en los tiempos difíciles que atraviesa Rio Grande do Sul.
“Los jóvenes se han movilizado para ayudarse unos a otros. Muchos habían visto sus propios hogares destruidos, pero decidieron dar un paso al frente y ayudar a otros”, dice Borges. Un total de 300 jóvenes adventistas de Rio Grande do Sul lograron viajar a la convención de Maranata, informa.
Mercado Solidario
Durante la convención, en el stand de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), los participantes realizaron donaciones que se convirtieron en alimentos, artículos de higiene y limpieza a través de un Mercado Solidario. Los quioscos con pantalla táctil disponibles en el sitio permitieron a los donantes elegir entre un solo producto o un kit completo, para que ADRA pueda continuar trabajando para apoyar a los afectados por las inundaciones en Rio Grande do Sul.
En total, ADRA recolectó 900 kits durante la convención, dicen los líderes de la agencia.
Fuente: https://www.adventistworld.org/
