Iglesias adventistas e instituciones de salud tienen que ser ‘una presencia que sana en la comunidad’

Noticias Adventistas 2023.08.19

“El ministerio abarcador de salud nos invita a pensar en lo que significa la salud y en qué papel podemos cumplir en ayudar a las comunidades para que experimenten todo lo bueno que incluye la salud”, dijo Lowell Cooper, ex vicepresidente de la Asociación General ya jubilado. Cooper se dirigió a decenas de administradores de la iglesia, administradores de hospitales y líderes de ministerios de salud que asistieron al Simposio de Salud de la División Interamericana (IAD) en Miami, Florida, Estados Unidos, del 27-29 de julio de 2023.

Definir el ministerio abarcador de salud comienza escuchando lo que Jesús dijo, sobre su propósito al venir a este mundo, según se encuentra en Juan 12:46 y Juan 10:10, dijo Cooper.

“¿Qué quiso decir Jesús cuando habla de tener vida y de tenerla en abundancia? ¿Será que vivir una larga vida se equipara a tener una vida abundante? ¿Será que vivir con mucho dinero y mucha depresión constituye tener una vida abundante? ¿Qué quiere decir Jesús cuando dijo que no estemos en la oscuridad? ¿Podría ser esto una referencia al papel que juegan las baterías de litio y las fuentes de energía solar? ¿Cómo tenemos que entender lo que Jesús quiso decir cuando expresó: ‘He venido como la Luz del mundo’?” preguntó Cooper.

La misión de Dios incluye la restauración de todo lo que era verdadero sobre toda la creación, y la erradicación de todo el mal que se ha introducido en el mundo, mencionó Cooper. “Nuestra misión tiene que ser abarcadora en su alcance, como el evangelio que nos da toda la Biblia”.

Podría decirse que Dios no tiene una misión para la iglesia, sino que tiene una iglesia para su misión, declaró Cooper. Tiene que ver con ocuparse más de la humanidad que de las religiones.

El mensaje de salud implica más que comer verduras y abstenerse del tabaco. “El mensaje de salud requiere esas cosas pero adopta muchas más: cómo pensamos, cómo vivimos y por qué”.

Juntos en misión

Parte de lo que implica expresar el ministerio de salud incluye asociarse entre la iglesia y las instituciones de salud, de manera muy similar a ‘Juntos en Misión’ como el tema central del simposio, dijo Cooper. “En el sentido más auténtico, el hospital y la iglesia están diseñados para ser instituciones de sanación. No ocupan el mismo lugar ni tienen la misma función, pero se encuentran en la misma tarea de reparar, rehabilitar, restaurar, reorientar y reenergizar vidas con significado y propósito.

Llevar a que la iglesia demuestre una unidad en misión y abrece el ministerio abarcador de salud significa proclamar todo el evangelio. “Los que enseñan, predican y escriben el mensaje del evangelio tienen que asegurarse de que están comunicando el evangelio de manera correcta”, dijo. La gracia tiene que ser más grande que la culpa.

Cooper enfatizó que la salvación no implica solo perdón sino un nuevo orden de vida con un nuevo propósito, nuevos motivos, nuevas actitudes, nuevas relaciones y un nuevo punto de referencia. En esencia, la misión de Dios “reformula toda nuestra vida, actitudes, apetitos, creencias, compromiso, hábitos, relaciones y valores”. A su vez, dijo, la misión de Dios puede brindar una nueva perspectiva al sufrimiento, proveer de estabilidad financiera a los hábitos de gastos, claves para afrontar a una enfermedad debilitante, brindar poder para librar a una persona de un mal hábito, liberarnos de la carga de la carga incapacitante de la culpa, iluminar la oscuridad de una prisión, restaurar la paz ante conflictos en apariencia sin resolución, recaracterizar el fracaso y la derrota para transformarlos en sabiduría y gracia.

Al estar en armonía con la misión de Dios, la iglesia y las instituciones llegarán a ser conocidas por lo que afirmamos en lugar de tan solo lo que negamos, dijo Cooper. “El estilo de vida adventista es mucho más que abstenerse del cerdo, el alcohol, el tabaco y las sustancias adictivas. ¿No podríamos ser conocidos como personas de gozo, paz, salud, longevidad y amor?

Vivamos el mensaje de salud

Como adventistas, tenemos que vivir, no solo enseñar el mensaje de salud, desafió Cooper. “Tenemos que llegar a ser expertos en la demostración de relaciones humanas saludables, porque la iglesia y el hospital están conectados en un continuo de atención. Toda la iglesia es llamada a ser una comunidad de sanación”.

Durante su mensaje especial, Cooper lanzó una advertencia contra la proclamación de un evangelio de prosperidad en el que se lleva a creer a las personas que, si comen lo correcto, oran a menudo, guardan el sábado y diezman fielmente, Dios les allanará el camino hacia la eternidad. “Esa línea de pensamiento es un engaño traicionero. No miremos con desprecio a los que sufren de enfermedades crónicas como si estuvieran experimentando los resultados justos de su estilo de vida. ¡Cuán poco sabemos de todos los factores que enmarcan el curso de una vida!” Implica tener cuidado de no ser críticos, para por el contrario ser rápidos a la hora de simpatizar, empatizar y servir, añadió.

Practicar la buena vecindad

Practicar la buena vecindad implica agrandar el círculo de conocidos e influencia. Implica salir de la iglesia hacia la comunidad, dijo Cooper. “Seamos conscientes de las necesidades de las personas y actuemos de maneras que alivien el sufrimiento”. Así es como necesita verse cada iglesia local, como una institución de salud. “La atención de la salud puede apoyarse mucho en la ciencia de la medicina, pero la atención de salud en la comunidad se apoya firmemente en la ciencia del amor, el perdón, la gracia y el compañerismo”.

“¿Qué pasaría en nuestras iglesias si llegáramos a ser los más saludables, felices, santos y solícitos de la comunidad?” preguntó Cooper. “¿No sería, como sucedió en los días de Jesús, que las personas derribarían paredes para entrar, porque esa comunidad estaría ministrando a sus necesidades más profundas?”

Al referirse a lo que pueden hacer las instituciones de salud para demostrar unidad en la misión de abrazar el ministerio abarcador de salud, implica enfocarse en la salud integral de la persona y no tan solo en la recuperación de la enfermedad. “Tenemos que enfatizar el bienestar, no tan solo la recuperación de las enfermedades”.

La declaración de Jesús cuando dijo “He venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” hace que el obrero cristiano de la salud se enfoque no solo en la erradicación de la enfermedad o la incomodidad, sino que también dé consideración cercana a todo lo que le mejore la vida, dijo Cooper. “El ministerio de sanación está intrínsicamente relacionado con todos los propósitos redentores de Dios”.

Aboguemos por desarrollar una conciencia espiritual

“Las instituciones de salud no son iglesias, pero pueden llegar a ser maneras muy efectivas de llevar a las personas hacia la comunidad de la fe”, enfatizó Cooper. “Jamás deberíamos tener miedo o mostrarnos reacios de identificar a nuestras instalaciones como de propiedad y operación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, contribuyendo así con la misión general de la iglesia”. En resumen, la misión espiritual de la iglesia respecto del ministerio de salud prepara el suelo y siembra semillas, y no es primordialmente una cosechadora. Los pósteres en las paredes, las publicaciones y la señalización en las instituciones son maneras que tiene la institución de salud para promover la espiritualidad, dijo. Además de un programa de capellanía, una sala de cultos en la institución, y lo que sucede en sábado, no solo lo que se hace sino lo que se añade.

Asociarse con otras agencias de la comunidad, además de fomentar la marca global de las instituciones adventistas de salud, también puede ser una manera efectiva de destacar la unidad en la misión entre la iglesia y sus instituciones de salud, expresó.

“Nuestros caminos hacia el futuro estarán sin duda plagados de obstáculos y oportunidades”, dijo Cooper. “En ocasiones, nuestra mejor manera de pensar y energía se verán desbaratadas por circunstancias más allá de nuestro control. En otras ocasiones, nos asombraremos ante el crecimiento y la expansión que nos sorprenderá sin que nos demos cuenta”.

Sin duda, dijo Cooper, “nuestro éxito en la misión, tanto psicológica como financieramente, deriva del reconocimiento de que la misión de Dios se ocupa de cada aspecto de la vida que se ha visto dañado por la rebelión humana. Él nos invita a involucrarnos en su misión, y cuando lo amamos, trabajamos juntos con él”.

Al fin de todo, no hay nada más que exclamar más allá de ‘Gloria sea a Dios’ porque él ha cumplido sus propósitos”.


Fuente:  https://interamerica.org/es/