Aguas abajo en las aguas del río Madeira, un afluente del río Amazonas en Brasil, la “Iglesia Flotante” Adventista del Séptimo Día llevó a cabo cientos de acciones evangelísticas y sociales en ocho comunidades costeras durante 2021, informaron los líderes. El alcance dirigido por los adventistas ha llegado a comunidades lejanas como Caiçara, Canumã y Abacaxis, en Borba y Novo Aripuanã, en el estado brasileño de Amazonas.
Las actividades comenzaron en marzo, cuando la embarcación partió de la ciudad central de Manaus y se dirigió hacia el municipio de Borba, a unas 90 millas (145 kilómetros) río arriba de la ciudad capital del estado de Amazonas. El barco llegó a la comunidad de Caiçara, con 270 habitantes.
El pequeño pueblo tiene una sola escuela. Cuando los estudiantes terminan la escuela primaria, tienen que ir a Borba para asistir a la escuela secundaria. Algunos nunca asisten a la escuela secundaria. Reflexionando sobre las necesidades de los jóvenes, los líderes de la Iglesia Flotante ofrecieron cursos vocacionales a estas comunidades. Las ofertas incluyeron cursos de informática básica, cocina saludable, imagen corporal y aseo personal, y técnicas de guitarra y voz para fomentar el desarrollo continuo de los residentes.
Para los coordinadores, los líderes explicaron que es una forma de brindar oportunidades, especialmente a los jóvenes. “Terminan siendo vagos porque no tienen opciones de ocio ni de estudio en ese pequeño pueblo”, dijo el pastor Herbert Frank Souza. “Es la razón por la que aprovechan al máximo todo lo que les ofrecemos”.
Alcance de la misión
El trabajo del equipo de la Iglesia Flotante generalmente comienza con acciones de promoción de la salud, incluidos cursos de educación para la salud y distribución de canastas de alimentos saludables. En 2021, los equipos de la Iglesia Flotante realizaron más de 600 iniciativas médicas, dentales y psicológicas de atención social, informaron los líderes.
Plantar congregaciones adventistas y ayudar a construir nuevas iglesias generalmente marca la conclusión del trabajo de la Iglesia Flotante en la comunidad.
Los líderes agregaron que en 2021, la Iglesia Flotante también contó con la ayuda de voluntarios del programa Un año en misión (OYiM). Los jóvenes que dedicaron un año de sus vidas a apoyar la misión adventista coordinaron las actividades de capacitación de líderes de la iglesia. También ayudaron con la Escuela Sabática y las iniciativas de grupos pequeños.
Los involucrados con los proyectos OYiM, que incluyen un nuevo desafío cada año, celebraron el 2021 como un año de superación, reconoció Souza. “Pasamos por un año difícil, en el que todo era incierto, pero Dios dirigió cada paso que dimos”, dijo. “Nuestro objetivo era plantar tres nuevas iglesias y, con las manos del Señor guiándonos, lo logramos”.
Los equipos de misión ayudaron a coordinar la construcción de nuevos edificios para iglesias en las comunidades de Caiçara, Canumã y Abacaxis. Esos edificios, que tienen un diseño moderno, están listos para recibir a los miembros de la iglesia, que ya se han estado reuniendo en grupos.
Junto con las acciones sociales, los líderes informaron que el alcance de la Iglesia Flotante tuvo un impacto evangelístico definitivo en la región. “Se impartieron cientos de estudios bíblicos a personas que vivían en pequeñas comunidades a lo largo de la costa”, informaron los líderes de la Iglesia Flotante. “Las iniciativas evangelísticas que acompañaron a las iniciativas de acción social dieron como resultado 312 bautismos”.
La versión original de esta historia se publicó en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana .
Por: Jackeline Farah, División Sudamericana y Adventist Review
Fuente: https://www.adventistworld.org/
