Evaluar, calificar o medir

Noticias Adventistas 2023.11.23

“No se puede mejorar lo que no se mide” -William Edwards Deming

En este artículo analizaremos brevemente los tres conceptos que hacen al proceso de evaluación en educación.

La medición se define como el proceso de asignar valores numéricos a una habilidad o conocimiento, en una escala preestablecida. Es fundamental consensuar previamente los intervalos numéricos que se van a medir. Por otro lado, también es necesario considerar lo que se quiere mensurar, pues la escala creada debe ser compatible con el objeto a ser medido. Por ejemplo, una escala para medir el rendimiento escolar puede ser: de 0 a 10, de A a D, etc.

La calificación es el proceso de asignar una nota o puntuación a un trabajo realizado basado en criterios o escalas previamente establecidos. La calificación determina los niveles de suficiencia o insuficiencia. La calificación puede ser subjetiva u objetiva.

La evaluación es el proceso que provee información para formular juicios que se utilizan para tomar decisiones. La evaluación es integral e implica recopilar y analizar información sobre el desempeño. La evaluación juzga la información obtenida; es decir, se realiza una reflexión valorativa considerando criterios establecidos. El análisis obtenido sirve de sustento para las decisiones de mejora.

En el siguiente cuadro se resumen las diferencias entre evaluar y calificar (adaptado de https://tumaestros.co/cuales-son-las-diferencias-entre-evaluar-calificar-y-medir/)

EVALUAR

CALIFICAR

Proceso basado en recoger información, analizarla, emitir un juicio sobre ella y facilitar la toma de decisiones.

Materializar el juicio emitido (tras recabar información) en una nota alfanumérica, que se asigna al sujeto.

Acción prolongada a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Acción esporádica, circunstancial y puntual. Habitualmente final o sumativa.
Función formadora: El alumno aprende durante el proceso de evaluación. Función certificadora: Consta ante la sociedad de que se han alcanzado unos determinados objetivos.
Función reguladora: Permite mejorar cuestiones referentes al proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto para el alumnado como para el profesorado. Función selectiva: Permite situar al alumnado en puestos diferentes e identificar a quienes no alcanzan los mínimos exigidos.
Función pedagógica: Permite conocer el progreso del alumno. Función comparativa: El alumno se compara con los resultados de otros compañeros y el profesor se compara con los resultados de otros profesores.
Función comunicadora: Se produce una retroalimentación alumno-profesor, profesor-profesor y alumno-alumno. Función de control: La obligación legal del profesor de calificar al alumnado lo inviste de poder y control.
Función ambientadora: Crea un ambiente escolar determinado.

Cabe preguntar entonces: ¿Qué debe hacer la Educación Adventista? ¿Medir, calificar o evaluar? Sin duda, el proceso de evaluación es el que mejor se adapta a la postura de la pedagogía adventista.

La Educación Adventista entiende la evaluación como “un proceso esencial para la formación del ser humano, más allá del proceso de mensura a través de exámenes escolares” (Pedagogía adventista, p. 76). Cada institución adventista debería “ofrecer diversas propuestas de evaluación que permitan verificar el cumplimiento de la misión de ayudar a desarrollar individuos capaces de razonar de acuerdo con los principios bíblicos y aprender para la vida” (Pedagogía adventista, p. 83).


Fuente: https://www.educacionadventista.com/