Estudiantes elaboran mantas a crochet para calentar a población necesitada

Noticias Adventistas 2022.07.15

Estudiantes del Colégio Adventista de Joinville (unidad de Saguaçu) están haciendo mantas de ganchillo para ayudar a familias necesitadas y personas sin hogar durante el invierno.

Titulado “Crochê que Aquece”, el proyecto inició sus actividades en abril de este año con alumnos de primaria a secundaria. Además de asistir a personas necesitadas, el taller busca mejorar la atención de los estudiantes al estudio, desarrollar la motricidad y aliviar la ansiedad y la depresión.

Durante el curso, los estudiantes aprenden técnicas básicas y avanzadas de manejo de hilo y aguja de ganchillo. Las clases se imparten en el aula los martes por la tarde. La alumna de noveno grado Helena Duarte es quien enseña crochet en el taller, junto a la maestra Mariana Primo, quien creó y coordina la iniciativa.

Helena explica que empezó a aprender a tejer con crochet con su abuela y luego profundizó sus conocimientos a través de video lecciones en internet. “Después de eso me emocioné. Compré unas lanas e hice mi primera pieza, una alfombra, porque era muy fácil y rápido de aprender. Hoy en día el crochet me tranquiliza y me hace muy feliz, sobre todo cuando veo una pieza terminada. Lo hice”, dice ella.

Emanuella Sena Wasilewski es estudiante de secundaria y líder de proyecto. Dice que al principio no sabía tejer y contó con la ayuda de la creadora del proyecto. “Yo no tenía conocimientos, hasta me ponía muy nerviosa, pero la maestra Mariana fue súper paciente conmigo. Estuvo media hora enseñándome a hacer cadenetas, que es el punto de ganchillo más fácil”.

Aún así, según Emanuella, el taller contribuye a su salud emocional, especialmente después de un período de confinamiento en casa debido a la pandemia de COVID-19. “Ha sido una experiencia muy rica para mí. Me ha ayudado mucho a controlar mi ansiedad, y estar en una comunidad ayudando y teniendo la misma misión es muy contagioso. Ver que nuestro arte nos permite servir a la gente es muy bueno, ” ella dice.

PARTICIPACIÓN FAMILIAR EN LA ESCUELA

El proyecto despertó la curiosidad y el interés de los padres. Por lo tanto, algunos comenzaron a participar en las clases. Actualmente, el proyecto cuenta con 50 personas dedicadas a la confección de las frazadas, entre estudiantes y familiares.

Zenilda Machado participa en el taller con su hija, Ana Gabriela, estudiante de quinto grado. Comenzaron a asistir al curso por invitación de Kemilly Carvalho, amiga de Ana Gabriela. Según Zenilda, las clases de crochet cumplieron con lo que buscaba para ocupar su mente y su tiempo. “Estoy fuera del trabajo por un tratamiento contra el cáncer. Y, hablando con Dios, le pedí que me mostrara algo que pudiera hacer y ayudar a otras personas”, testifica.

Zenilda también dice que al principio pensó que el taller era solo un curso más de crochet como tantos otros, pero se sorprendió al saber el propósito del proyecto. “Cuando supe que tenía un propósito me emocioné aún más. Hacer algo en compañía de mi hija y los jóvenes es muy bueno. Estamos muy contentos por la invitación. No es solo una clase de crochet, va más allá del estudio ; es amor por la [comunidad]”.

La estudiante Keila Teichert (derecha) y su madre hacen cobijas en la escuela [Foto cortesía de la División Sudamericana]

ETAPAS DE ELABORACIÓN Y DONACIÓN DE MATERIALES

Primero, los estudiantes hacen pequeños cuadrados de ganchillo de aproximadamente 20 centímetros de cada lado. Luego, estas piezas se unen para formar las mantas, siguiendo la combinación de colores. Los familiares que no están disponibles para ir a la escuela hacen los cuadrados en casa. Los hilos y agujas utilizados en el taller son el resultado de donaciones de los alumnos del curso, padres, personal de la escuela y entidades que admiran el proyecto, como Ação Solidária Adventista (ASA) .

PROYECTO PARA EL PRÓXIMO SEMESTRE

En la segunda mitad de 2022, la escuela iniciará un taller para hacer bufandas estrictamente a mano. El objetivo es atender a los alumnos con dificultades en el manejo de hilos y agujas o que no estén disponibles para estar en la escuela los martes por la tarde.

“Nuestra intención es entregar estos pañuelos a hogares de ancianos y otras instituciones que atienden a personas necesitadas”, explica Primo.

Por  Paulo Ribeiro


Fuente: https://adventist.news/