K-Anthony, estudiante de Maestría en Divinidad de la Universidad Andrews, recibió un prestigioso premio de música canadiense el 24 de marzo en Halifax, Nueva Escocia, Canadá.
El premio Juno, ampliamente considerado como el equivalente canadiense de los premios Grammy, reconoce la excelencia de la música canadiense en múltiples géneros. K-Anthony ganó la categoría “Álbum cristiano/góspel contemporáneo del año” por su álbum titulado Arrow .
Al reflexionar sobre su victoria, K-Anthony expresó una mezcla de emociones que van desde la alegría hasta la gratitud y una pura sensación de logro. Para él, ganar el premio Juno valida años de arduo trabajo, dedicación y una pasión profundamente arraigada por la música. “Esto me abre puertas para hacer mucho más, donde me colocan en el centro del escenario para compartir este maravilloso mensaje como creyente y como discípulo. Creo que me da más influencia para llevar el mensaje de Jesucristo a un mundo moribundo”.
Su viaje musical se remonta a su crianza en Jamaica, donde los vibrantes sonidos del reggae y sus influencias musicales dieron forma a su estilo y mensaje únicos. Las canciones de K-Anthony están elaboradas con las letras al frente y al centro con un tono decididamente optimista, pero el tema subyacente de su música es su amor por Dios y su esperanza para el futuro. Lo impulsa un fuerte deseo de llevar esa esperanza y sentido de propósito en la vida a los jóvenes que se sienten perdidos y no saben a quién acudir.
Casi no lo logré
K-Anthony casi no logra asistir a “la noche musical más importante de Canadá”. Recuerda su primera gran prueba de fe, que ocurrió durante una situación que casi puso fin a su vida. Cuando era niño y crecía en Falmouth, la ciudad capital de la parroquia Trelawny de Jamaica, a Anthony a menudo se le recordaba que se mantuviera alejado del agua. Un día decidió desobedecer a sus padres y siguió a sus amigos a nadar a una playa cercana en un día en que les advirtieron que no lo hicieran. Se vio arrastrado dos veces por una corriente y se dio cuenta de que se estaba ahogando.
“Cuando estaba en la iglesia, el pastor dijo: ‘Cuando estés en dificultades, invoca a Jesús’. Entonces grité: ‘Dios, por favor ayúdame’. Después de este episodio cercano a la muerte, K-Anthony prometió entregar su vida a Dios.
Al crecer, se inspiró para convertirse en una estrella del atletismo. “Me establecí en mi ciudad natal como velocista de 100 y 200 metros. Entonces, realmente me afectó mucho cuando mi mamá me sacó del atletismo y me envió a una escuela adventista”, dijo. Después de terminar la escuela secundaria, su madre le sugirió que estudiara música en la universidad. Luego obtuvo una licenciatura en música en la Northern Caribbean University de Jamaica.
Ahora, de cara al futuro, K-Anthony aspira a seguir creando música significativa, colaborando con artistas talentosos y alcanzando nuevas alturas en su carrera. Considera que ganar el premio Juno es un catalizador para una mayor inspiración, lo que lo empuja a explorar nuevos horizontes artísticos mientras se mantiene fiel a acercar a las personas a Dios.
Para los aspirantes a músicos, K-Anthony ofrece palabras de sabiduría. “Sé fiel a ti mismo, cree en tu visión y nunca subestimes el poder de la perseverancia y el trabajo duro. Deja que tu pasión te impulse y confía en el viaje”.
Fuente: https://www.adventistworld.org/
