El maestro de las enseñanzas

Comentarios 2023.01.29

Al pensar en la palabra “doctrina”, podemos imaginar obras teológicas largas, de varios volúmenes, polvorientas y viejos pergaminos con caligrafía europea. Uno puede ver consejos institucionales medievales, abuelos barbudos y calvos, y plumas con puntas entintadas. Pero en resumen, las doctrinas no son documentos sagrados guardados por la iglesia, sino simplemente las enseñanzas de Jesús.

¿Quién fue Jesús? ¿Que está haciendo él ahora? ¿De qué se trataba Él? ¿Qué dijo, enseñó e hizo? ¿Qué prometió? ¿Qué enseñó sobre el principio y el fin del mundo? ¿Cuáles son las ramificaciones para nosotros? Estas son algunas preguntas que surgen acerca de Jesús, y sus respuestas son las que abordan las doctrinas bíblicas.

Sin embargo, hay una cierta reacción alérgica a la doctrina y, a su vez, otra reacción en sentido contrario. La historia cristiana registra oscilaciones pendulares desde las mínimas tendencias pietistas hasta la máxima escolástica; cambiar de la praxis revivalista a la dogmática académica; desde enfatizar “sólo Jesús” hasta la redacción de credos oficiales. La iglesia ha rebotado de un extremo al otro.

La posmodernidad de hoy se desvía de las enseñanzas de Jesús a la persona de Jesús. Pero si uno quita sus enseñanzas, ¿qué queda de la persona y el ministerio de Jesús? ¿Puede Jesús retener Su carácter y amor si silenciamos la Biblia de todas Sus enseñanzas? ¿Quién es Jesús sin el Sermón de la Montaña? ¿Quién es Jesús sin la Creación, la Encarnación, la Resurrección, la Ascensión y el Segundo Advenimiento, solo por nombrar algunos?

Siguiendo la tradición adventista de volver a la Biblia en tiempos de dificultad y privilegiar el número particular, veamos siete breves y convenientes puntos de vista sobre la doctrina (aunque hay más):

1. La gente se asombró de la doctrina de Jesús (Mat. 7:28).
2. La doctrina tiene un origen celestial: Dios Padre (Juan 7:16, 17). 3. La doctrina involucra la libertad del pecado (Rom. 6:17, 18).
4. La doctrina fue central para la iglesia primitiva (Hechos 2:42).
5. La religión institucional estaba en contra de la doctrina (Hechos 5:27-29).
6. El apartarse de la sana doctrina es una señal de los últimos días (2 Timoteo 4:2-4).
7. La iglesia debe esforzarse por doctrinas más profundas (Hebreos 6:1).

Uno puede volver a leer estos mismos puntos y reemplazar “doctrina” con “enseñanzas” para mayor claridad. Mientras leemos el número de este mes, espero que estas enseñanzas fundamentales puedan revelar más acerca de nuestro maravilloso Salvador. Que sigan asombrándonos, revelándonos su origen celestial, apuntando a la libertad del pecado, reviviéndonos con la piedad primitiva, protegiéndonos contra la institucionalización y el engaño escatológico, y profundizando nuestra fe en el Maestro de estas enseñanzas, el Señor Jesucristo.


Fuente https://www.adventistworld.org/