Educación adventista, ¡un sueño posible!

Comentarios 2022.09.17

“Mi sueño desde que era una niña era ser educada en una escuela adventista, y con mi maestría finalmente tuve el privilegio de hacer realidad ese sueño”. Estas fueron las emotivas palabras que una estudiante llamada Jenny compartió en la graduación del programa de Maestría en Educación (M.Ed.) de la Universidad de Linda Vista (ULV).

En la Universidad de Linda Vista, en octubre de 2021, se encuestó a los estudiantes de primer año y se les preguntó cuál era el motivo principal para inscribirse allí, y la respuesta más frecuente fue “Quería estudiar en una escuela adventista”. Jenny tenía la misma razón para querer asistir a la Universidad de Linda Vista.

Jenny nació en un hogar católico y fue educada en escuelas católicas. En su adolescencia aprendió sobre la Iglesia Adventista y ella y su madre aceptaron las doctrinas adventistas. A la edad de 15 años se bautizó en secreto en contra de los deseos de su padre. Esta decisión tuvo tristes consecuencias para ella y para su madre, quien fue insultada y golpeada por su padre. Su difícil situación familiar hizo que Jenny quisiera aferrarse aún más a Jesús y su iglesia. Ella creía que estaría más cerca de Jesús y de la iglesia a través de la educación adventista, pero su situación familiar no se lo permitía. Pasó el tiempo y su deseo de obtener una licenciatura en una institución adventista tampoco fue posible. Sin embargo, fue contratada como maestra en una escuela adventista y pudo disfrutar de la educación adventista como maestra, si no como estudiante.

Se casó y anhelaba tener hijos, pero no pudo tener hijos. Ella y su esposo se sometieron a tratamientos reproductivos, pero los resultados no fueron exitosos. Buscando otras opciones, descubrió la fertilización in vitro. Esperaban que el costoso tratamiento estuviera cubierto por un contrato de trabajo que su esposo esperaba obtener.

Un día, Jenny recibió una noticia sorprendente y su esposo recibió una noticia desagradable. Con entusiasmo le informó a su esposo que había recibido una beca para estudiar en una Universidad Adventista y él informó con tristeza que el contrato había fracasado y que no tendrían dinero para el tratamiento.

Jenny vio que Dios le estaba mostrando que era hora de disfrutar de la educación adventista. Ella dice: “Cuatro días después, llegaba a la Universidad de Linda Vista por primera vez. Mi corazón estaba lleno de alegría. Las sonrisas de todos los maestros y administradores y la forma en que integraron la fe en cada clase me dieron lecciones valiosas. Era justo lo que había imaginado en mi adolescencia”. Agrega: “No he podido tener bebés, pero tal vez Dios me ha permitido ayudar a muchos pequeños en las aulas y confirmar que Dios cumple sueños y hace milagros”.

Elena de White declara correctamente que “el ideal de Dios para sus hijos está más allá del alcance del pensamiento humano más elevado”. Cuando los estudiantes quieren experimentar la educación adventista, ¡puede suceder de maneras sorprendentes!