Dios bendijo su fidelidad

Noticias Adventistas 2023.12.17

En el verano de 1996, Elidon Bardhi, un joven albanés de 21 años, fue bautizado por el evangelista finlandés Pekka Tähti. Apenas unos meses después de su bautismo, los miembros de su nueva familia de la iglesia local invitaron a Bardhi a convertirse en diácono principal. Entre sus muchas responsabilidades, una era entregar mensajes inspiradores de la Biblia, particularmente del capítulo 3 de Malaquías, antes de la ofrenda recogida durante el culto del sábado: “’Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa. ‘”

Una ciudad con una alta tasa de criminalidad

En ese momento, Bardhi era estudiante en la Academia de Policía de Tirana, Albania, y aún no ganaba un salario. El diezmo era más una teoría que una realidad para él. Sin embargo, tras completar su formación, trabajó en Shkodër, una ciudad con fama de tener una alta criminalidad. Los disturbios civiles y financieros en Shkodër en ese momento eran notables. Muchos ciudadanos habían perdido sus ahorros debido a un esquema piramidal, lo que hizo que las cárceles estuvieran tan superpobladas que el gobierno simplemente declaró una amnistía temporal y dejó ir a los prisioneros. Se suponía que los delincuentes regresarían a prisión después de unos meses, pero, por supuesto, no lo hicieron. Con el gran número de delincuentes sueltos, el trabajo de Bardhi como agente de policía iba a estar lleno de acción.

A pesar del entorno desafiante y de un pequeño salario insuficiente para cubrir sus necesidades básicas, Bardhi decidió ser fiel. Trabajó duro y, al recibir su primer sueldo, revisó la promesa de Malaquías 3:10: “’Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa. Pruébame en esto’, dice el Señor Todopoderoso, ‘y mira si no abro las compuertas del cielo y derramo tanta bendición que no habrá lugar suficiente para almacenarla’. Aferrándose a esta promesa, Bardhi voluntariamente devolvió el 10 por ciento de sus ingresos al Señor, plenamente consciente de que el 90 por ciento restante no cubriría sus gastos.

Bendiciones en medio de desafíos

Bardhi sabía que su salario simplemente no era suficiente para cubrir sus necesidades. Sin embargo, el departamento de policía tenía un programa de incentivos. Los agentes, incluido Bardhi, recibieron una bonificación a finales de mes por acciones exitosas de aplicación de la ley, incluido el arresto de delincuentes. Cada mes trajo circunstancias únicas que se tradujeron en un bono muy necesario. Bardhi, al conectar los puntos, vio estos bonos como bendiciones, ya que Dios cumplió Su promesa a través de las palabras del profeta Malaquías.

Al reflexionar sobre su viaje, Bardhi, quien ahora se desempeña como director de programas de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Noruega, testifica sobre las bendiciones duraderas que recibió. “Mi experiencia de devolver el diezmo cuando era joven fue maravillosa. Dios me bendijo y siempre he podido cumplir con mis obligaciones económicas”, dijo.


Fuente: https://www.adventistworld.org/