Hannah Ndongu, Directora de Manejo de Emergencias de ADRA África, comparte con nosotros su extraordinario viaje de más de dos décadas de servicio humanitario.
El viaje de Ndongu con ADRA comenzó en 1997, un año que marcó el inicio de su compromiso inquebrantable de servir a las comunidades vulnerables de África. A lo largo de los años, ha sido testigo del poder de la compasión y la resiliencia frente a la adversidad.
“El trabajo que he estado haciendo en ADRA ha sido muy gratificante”, comparte Hannah con una sonrisa sincera. Su enfoque en el trabajo con mujeres y niños en países asolados por conflictos y regiones azotadas por desastres ha sido una fuerza impulsora detrás de su dedicación. El cambio positivo que ha presenciado en las vidas de aquellos a quienes ha ayudado ha sido una fuente constante de motivación en su misión de servir.
“Cuando llegas al suelo, ves el impacto”, dice ella. La visión de las comunidades nutridas, los niños recibiendo las vacunas esenciales y las familias desplazadas encontrando refugio le han dejado una huella inolvidable.
Las experiencias de Hannah en el campo están llenas de historias de desafíos y empoderamiento. Una historia particularmente conmovedora tuvo lugar en la República Democrática del Congo, donde Hannah trabajó de cerca con mujeres en un programa que defendía sus derechos a ser escuchadas. Ella cuenta la historia de una mujer agobiada por un ciclo de abuso y restricciones culturales. La mujer, a pesar de enfrentar inmensos desafíos, encontró su voz con el apoyo de ADRA. Con la participación y la intervención de la comunidad, el problema se abordó de manera digna, lo que llevó a la reconciliación de una familia con problemas.
“Son momentos como estos los que me recuerdan por qué hago lo que hago”, reflexiona Hannah. Su dedicación a ayudar a las personas continúa dando como resultado un amplio cambio en la comunidad que ejemplifica la misión de ADRA. Para Hannah Ndongu, ADRA es más que una organización; es una voz para los vulnerables y marginados.
“Mi ADRA, mi historia es ser una voz para las mujeres vulnerables y marginadas”.
Fuente: https://adra.org/
