Comprometidos con la Enseñanza

Comentarios 2022.09.06

Estuve enseñando en el English Language Institute durante 6 años y disfruté mucho las últimas 3 o 4 clases. Fue un placer enseñarles, ya que absorbieron conocimientos con entusiasmo y produjeron excelentes ensayos. Entonces conocí a mi pareja y rápidamente aprendí que todo el conocimiento del mundo no te ayudará si no tienes la valiosa habilidad de administrar el salón de clases.

Era un verano intensivo y mis alumnos y yo nos enfrentábamos a 5 semanas de intenso estudio: 2 horas de clase al día, 5 días a la semana. Los primeros días pasaron rápida y agradablemente, a pesar de las constantes bromas de los adolescentes.

Era el final de la segunda semana y les pedí que hicieran una lista de los efectos de que alguien renunciara a su trabajo. Sam me sonrió perezosamente y respondió: “Lo que dijo”, refiriéndose a la respuesta de John. Le dije: “No puedes decir, ‘lo que dijo’, ¡tienes que dar tu propia respuesta! ¿Tienes alguna idea?” y él respondió: “No, señorita”, aparentemente despreocupado por su falta de interés.

Unos minutos más tarde, estaba revisando las respuestas de Abe en su libro de trabajo cuando John y Sam comenzaron a reírse. Sam había encendido el aire acondicionado y les pareció extremadamente divertido. Apenas podía escuchar las respuestas de Abe por encima de sus risitas, y de repente me puse muy serio. Los miré y dije: “Es suficiente. Necesito que te concentres. Esto no es un jardín de infantes”.

Hasta ese momento, había estado aprendiendo la instrucción del currículo, el contenido, la organización y la integración de lo espiritual con lo académico. Ahora estaba aprendiendo la lección muy difícil pero esencial de la gestión del aula. Incluso si mis alumnos no querían estar allí o participar, todavía tenía la responsabilidad de crear un entorno de clase que mejorara su aprendizaje.

Con el tiempo, aprendí que la gestión del aula se basa en tres principios importantes:

  1. Se firme. Establece límites claros . Tú eres el maestro; ellos son los estudiantes. Sobresaldrán cuando sepan lo que se espera de ellos.
  2. Se amable. Trátelos con respeto y sea flexible cuando sea necesario. Dé descansos para estirarse o tomar un trago de agua.
  3. Estar comprometido. No se rinda, recuérdeles su responsabilidad de aprender y trabajar para alcanzar los objetivos del curso.

Mis alumnos aprendieron a escribir ensayos y terminaron el semestre con fuerza. Me enviaron un mensaje el día de los exámenes finales para decirme: “Gracias por todo lo que has hecho por nosotros este verano” y “¡Gracias por un semestre feliz!” Me hizo sonreír y me recordó que valía la pena comprometerse con la enseñanza, la gestión del aula y todo.


Fuente: https://adventisteducators.org/