Nada es más angustiante y desafiante para los padres darse cuenta de que su hijo tiene características que lo diferencian de los demás niños. Los padres sienten una mezcla de sentimientos, provocando que la duda, la inseguridad e incluso el miedo se apoderen de su comportamiento.
Hay una idealización sobre el bebé que se genera, se deposita una gran expectativa sobre ese pequeño ser que se está formando en el vientre de su madre. Se hace toda una preparación para la llegada de aquel que era esperado, esperado y amado por los padres y por todos los que los rodean.
Por lo tanto, recibir el diagnóstico de que su hijo es autista genera mucha preocupación, ansiedad y miedo en los padres. Muchos se ven incapaces de afrontar esta nueva realidad e incluso pueden sentirse paralizados ante esta situación.
¡Por eso es importante hacer que estos padres sientan que no están solos! Deben comprender que el apoyo y la presencia de la familia marcan la diferencia en el desarrollo de su hijo, independientemente del grado de autismo que tenga.
Como educadores, podemos presentar algunos consejos y pautas de apoyo en este momento:
- Para muchas familias existe el duelo, pero superar esta fase es fundamental para buscar tratamiento y no perder las ventanas de aprendizaje y oportunidades de neurodesarrollo que trae la primera infancia.
- Los padres deben confiar en el médico que hace el diagnóstico, pero si aún tienen dudas, busquen una segunda opinión. Y, si es necesario, buscar una tercera o cuarta opinión. Sin embargo, es necesario buscarlo rápidamente para no retrasar el inicio del tratamiento.
- Es importante que busquen toda la información y orientación que puedan sobre los profesionales que pueden ayudar en el proceso de intervención de su hijo. Incluyendo evaluar el equipo que mejor se adapta a la realidad diagnóstica de su hijo.
- Anime a los padres a hablar, interactuar y buscar un grupo de padres que tengan niños autistas para obtener apoyo e información importante.
- No dejar la responsabilidad de la intervención terapéutica únicamente en manos del equipo profesional. Dentro de tus condiciones y posibilidades. Apoyar a los padres para que ellos también puedan participar de este proceso, continuando las intervenciones en casa, reforzando los métodos que aplican los profesionales.
- Es normal que los padres piensen en el futuro de sus hijos. Es una tarea muy difícil para los padres no depositar su miedo y frustración en su hijo autista. Sin embargo, recalque a los padres que cada niño es único. Necesitan transformar este miedo en coraje para luchar por mejoras para sus hijos.
- Los padres empoderados y acogidos transmiten más seguridad a sus hijos, haciéndolos capaces de superar sus dificultades. Nuestros hijos se dan cuenta cuando creemos que PUEDEN, que son CAPAZES, y eso hace mucha diferencia. Por eso, el consejo es valorar cada paso, cada sonido emitido, desde el gesto más simple hasta el más complejo. Necesitan valorar las cosas “simples” de la vida cotidiana de sus hijos.
- Y por último, como diría el arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe: “Menos es más”. Así que no busques una receta ya preparada, busca información. Habla con la familia, anímala a hablar también con otras familias/profesionales expertos.
Fuente: https://www.adventisteducators.org/
