El domingo 30 de junio, un acontecimiento inquietante sacudió a la comunidad adventista de Dijon. Durante un servicio evangélico que reunió a alrededor de un centenar de fieles en las instalaciones de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, se produjo un acto malicioso que provocó emoción e indignación.
Alrededor de las 11:00 horas, mientras la celebración estaba en pleno desarrollo, un individuo no identificado ingresó al edificio y roció a la asamblea con gases lacrimógenos. Este ataque inesperado provocó pánico y consternación entre los participantes, nueve de los cuales resultaron heridos.
La iglesia afectada, afiliada a la Alianza de Iglesias Cristianas y Misioneras de Dijon, se benefició de la hospitalidad de la comunidad adventista, lo que ilustra la solidaridad interreligiosa que a menudo existe entre diferentes denominaciones cristianas.
Los servicios de emergencia, incluidos bomberos y SAMU, acudieron rápidamente al lugar para atender a las víctimas y asegurar la zona. Las autoridades locales abrieron inmediatamente una investigación para identificar a los responsables de este acto reprobable.
Este incidente provocó una fuerte reacción del Consejo Nacional de los Evangélicos de Francia (CNEF). La organización expresó su solidaridad con la comunidad afectada, enfatizando la importancia de la libertad de culto y condenando enérgicamente cualquier forma de violencia dirigida contra los lugares de culto y los fieles.
Este evento plantea cuestiones importantes sobre la seguridad de los lugares de culto y la necesidad de promover la tolerancia religiosa. También recuerda la importancia de la vigilancia y la implementación de medidas de seguridad adecuadas, incluso en contextos que deberían caracterizarse por la paz y la serenidad.
La comunidad adventista de Dijon, como anfitriona de este encuentro, también se ve afectada por este incidente. En los próximos días, será crucial seguir el progreso de la investigación y apoyar a las víctimas de este ataque.
La Iglesia Adventista expresa su firme desaprobación ante cualquier acto de violencia contra los edificios religiosos y, por supuesto, contra las personas que los frecuentan. La Iglesia Adventista asegura su apoyo y oraciones por las víctimas de este acto de odio y expresa su profunda solidaridad con las comunidades afectadas por la violencia.
Fuente: https://news.eud.adventist.org/en/
