“En 2020, llegué a Dios quebrantado y humillado. Lo busqué con todo mi corazón. Él era todo lo que quería. Probé con otras iglesias, pero no era donde Dios quería que estuviera”, dice Kim.
Fue entonces cuando una simple búsqueda en Google la llevó a Adventist.org.
Pero antes de llegar allí, conozcamos algo de la historia de fondo. Kim no bromea cuando dice que ha probado con otras iglesias. Ha recorrido un largo camino.
Aprendiendo a amar a Jesús
Cuando era niña, Kim no asistía a la iglesia, aunque tuvo cierta exposición a Dios porque su madre rezaba con ella todas las noches oraciones antes de dormir. Este fue el fundamento de su búsqueda de conocer mejor a Dios.
A diferencia de su madre, el padre de Kim era ateo hasta que eligió una denominación cristiana cuando Kim tenía ocho años. Asistió a esa iglesia varias veces. Pero sólo un par de años después, su familia se mudó a un área sin una iglesia de esa fe, por lo que decidió ir a otra iglesia local con una amiga.
Fue un paso importante para Kim: “Recuerdo que en un libro aprendí un poco más sobre Jesús… Me enamoré de Él aún más”.
Desafortunadamente, otro movimiento interrumpió este viaje. Su padre ya no estaba interesado en la iglesia y, aunque Kim nunca perdió su fe en Dios, quedó atrapada en la vida típica de una adolescente ocupada.
Una cita divina
Mientras hacía la transición a la edad adulta, Kim continuó su búsqueda. Después de casarse a los 17 años, ella y su esposo estaban esperando su primer hijo, y este importante acontecimiento en su vida la llevó a buscar a Dios nuevamente. Ella y su esposo, que estaba en el ejército, acababan de mudarse a Texas, Estados Unidos.
Ni siquiera tenían automóvil en ese momento, así que un día estaba caminando hacia la tienda cuando un automóvil se detuvo a su lado y la ventanilla se bajó.
“Hola, ¿quieres ser nuestro amigo?”
En el auto, Kim podía ver a una pareja joven con un bebé de aproximadamente la edad de ella, de cinco meses. ¡No se imaginaba cómo esta pareja sería una respuesta a sus oraciones!
Margaret y su esposo fueron a una iglesia cristiana cercana e invitaron a Kim a unirse a ellos allí. Habiendo sido cristiana durante muchos años, Margaret se convirtió en una mentora para Kim, y fue allí donde Kim tomó la decisión de bautizarse. Este fue otro peldaño en su viaje con Jesús.
Clamando a Dios
Sin embargo, la historia de Kim daría algunos giros más: mudarse a Oregón, asistir a nuevas iglesias nuevamente y enfrentar algunas pruebas difíciles. En 2009, su matrimonio de 32 años terminó y, durante ese tiempo, dice: “Dejé a Dios en un segundo plano… porque decidí que iba a hacer las cosas a mi manera”.
Se encontró nuevamente en un patrón de “interrupciones” con Dios.
Luego, en 2019, se cayó y se rompió la rodilla, su segundo matrimonio terminó y se encontró deseando más en la vida. Por primera vez en mucho tiempo, se volvió a conectar con Dios.
“Clamé a Dios por profundidad y por una verdadera familia eclesial”, comparte. Estuvo a punto de responder de una manera inesperada.
Preguntándose acerca de los adventistas
Durante esta crisis en su vida, Kim comenzó a notar el letrero de la sede adventista del séptimo día cuando conducía por la Interestatal 5 entre Longview y Vancouver, Washington.
¿Quiénes son los adventistas? Ella se preguntó.
Lo único que había oído alguna vez era que eran legalistas y vegetarianos. Pero decidió hacer su propia investigación:
“Busqué en Google Adventistas del Séptimo Día y surgieron muchas cosas, algunas negativas como ‘prohibido’ y ‘legalista’. Si Dios no me hubiera dirigido a investigar a los adventistas del séptimo día, estos comentarios tal vez me hubieran disuadido de investigar más a fondo”.
Decidió intentar buscar “qué creen los adventistas del séptimo día” en Google. Esta vez surgió Adventist.org.
Cuando Kim comenzó a leer los artículos en Adventist.org, se emocionó. “¡Me encantó todo! Absolutamente todo. Todo está basado en las Escrituras. Fue claro y conciso para aliviar cualquier malentendido”.
Y añade: “No había duda de que Dios me estaba llamando a ser adventista”.
Y así, comenzó a asistir a Journey Adventist en Kelso, Washington, donde se convirtió en parte de la comunidad y ahora ayuda a otros a aprender sobre Jesús, Aquel que ha estado con ella durante este viaje.
“Durante mis momentos más difíciles, no tenía a nadie a quien recurrir”, dice Kim, “estaba perdida y muy sola. [Pero] Jesús nunca me dejó”.
Y a través del sinuoso camino de su vida, Él la llevó justo a donde necesitaba estar, mediante una simple búsqueda en Google en el proceso. La historia de Kim es un hermoso ejemplo del poder del ministerio digital. Dios está usando contenido positivo sobre los adventistas para guiar a la gente a las verdades de la Biblia y a una comunidad mundial de creyentes.
Center for Online Evangelism es una organización sin fines de lucro que apoya la misión de la Iglesia Adventista, pero no es operada por la Iglesia Adventista del Séptimo Día corporativa.
Fuente: https://www.adventistworld.org/
