Mirando más allá de las suposiciones

Comentarios 2023.09.19

Miré las tres caras ansiosas pero curiosas que me estudiaban tímidamente desde alrededor de las mesas de plástico de la cafetería. No me conocían, pero había oído mucho sobre ellos. Conocía sus debilidades, sabía en qué sobresalían y sabía qué tendría que hacer para impulsarlos a dar lo mejor de sí. A lo largo de la clase, estudiamos los pronombres, cómo escribir para una audiencia y declaraciones de propósito. Escuché simultáneamente mientras enseñaba, observando sus reacciones, cronometrando su escritura y tomando nota de las áreas en las que trabajar.

Mientras le lanzaba un puf amarillo con una cara sonriente a un estudiante, noté que no solo alcanzaba la pelota sino que también pensaba rápidamente en una respuesta a la pregunta para romper el hielo. Según su evaluación del semestre anterior, era “extremadamente vago y distraído”. Lo vi responder diligentemente cada pregunta, con el ceño fruncido mientras pensaba en cómo usar el vocabulario en una oración. Me volví hacia otra estudiante y le lancé la pelota. La habían descrito como “tímida, por lo que rara vez se ofrece como voluntaria o participa voluntariamente en clase”. Ella se apresuró a ofrecer respuestas voluntarias y, cuando llegó su turno, dio sus declaraciones sin dudarlo. Finalmente, el tercer estudiante que “tiene dificultades para producir oraciones gramaticalmente correctas” leyó a la clase su párrafo sobre sus comidas favoritas. Sólo hice una pequeña corrección. El resto fue correcto.

No enseño basado en suposiciones. Enseño, ante todo, con el entendimiento de que cada estudiante de mi clase es valorado y está listo para sobresalir . Sé que cada estudiante tiene áreas débiles. Esto es normal. Me enfoco en reforzar los pasos positivos, afirmando al estudiante cuando es capaz de ejecutar un concepto a la perfección durante el tiempo de práctica.

Creo en mis alumnos y , gracias a ello, veo que empiezan a creer en sí mismos. Al final del semestre, el tímido habla con confianza frente a todos sus compañeros en la asamblea. El despistado hace la mejor presentación de PowerPoint para su examen final, y el que tiene problemas con la gramática escribe ensayos cortos con facilidad.

He aprendido que enseñar es más que conceptos, hechos, proyectos y exámenes. Es la capacidad de ver más allá de las suposiciones para interactuar con la persona que está detrás de ellas. El que se sienta frente a mí todos los días esperando ser visto. El que anhela ser mentoreado. El que está dispuesto a estirarse y crecer intelectualmente. El que quiere compartir lo que ha aprendido con los demás.

Enseñar es cuando entras en el corazón de tu alumno, te sientas con él por un momento de tranquilidad y le dices: “Tú puedes hacer esto y yo estoy aquí para ayudarte”. Entonces es una crisálida de belleza a medida que, paso a paso, aprenden y crecen. Pero todo empieza con una cosa sencilla: creer en ellos.


Fuente: https://www.adventisteducators.org/