Una plantación de lechugas fue fundamental para construir un templo

Noticias Adventistas 2023.07.18

La historia se remonta al año 2009 cuando un grupo de adventistas de Juan Emilio O’Leary, una ciudad ubicada en el departamento de Alto Paraná, en Paraguay, se reunían a estudiar la Biblia con algunas personas de la región. Ellos no tenían un templo para congregarse, pero a pesar de eso y de sus bajos recursos lograban predicar la palabra de Dios con fervor. Fue así que Prudencio conoció de Jesús y le entregó su vida, a través del bautismo.

“Para que me pudiera entregar al Señor, tuvo que llegar a mi vida una enfermedad, que para mí parecía incurable. Pero Dios me curó, me libró de ese mal. Ese favor divino despertó en mí la necesidad de tener una Iglesia Adventista en O’leary. Fue así que nació ese sueño en mi corazón,” expresa Prudencio.

Pasaron los años y en 2011, Prudencio decidió dar un paso de fe comprando un terreno para el futuro templo. Él sabía que esta decisión llevaría mucho sacrificio. “Compartí con mi esposa la idea que me había surgido. Nos arrodillamos y oramos pidiendo a Dios que nos diera los recursos para la compra del terreno. Entonces decidimos plantar lechugas y de cada tres almácigos, uno de ellos era consagrado a Dios,” comenta.

Se pagaron 130 cuotas en 10 años de arduo trabajo y durante ese periodo el grupo fue creciendo. Prudencio plantó, cosechó y vendió incontables plantas de lechuga con un objetivo: apresurar el cumplimiento de la obra de Cristo. En 2021 se terminó de pagar el terreno y entonces surgió un nuevo desafío: la construcción de la iglesia.

Ese primer acto de fe desencadenó muchas otras acciones que llegaron por medio de otras personas que habían presenciado los milagros de Dios por medio del esfuerzo de Prudencio. Así, se consiguió la donación del material necesario y la mano de obra, que vino por medio de un equipo del proyecto Misión Caleb del distrito de Itapúa.

“Mientras recaudábamos el dinero, comenzamos a congregarnos. Cada uno traía, desde sus casas, sus propios asientos para poder reunirnos. A pesar de la situación, nada nos detuvo para seguir predicando la Palabra de Dios,” cuenta Prudencio.

Aunque habían pasado más de 12 años del inicio de este sueño, las bendiciones no dejaron de llegar. Fue en 2023, que la Unión Paraguaya  UP (sede administrativa de la Iglesia Adventista en el país), la División de Sudamericana  DSA (sede administrativa de la Iglesia Adventista para 8 países de la región) y la Asociación Oeste Paranaense – AOP (sede administrativa de la Iglesia Adventista para la región occidental del estado de Paraná, en Brasil) se unieron en una cadena de ayuda, por medio de proyectos, personas y donaciones, para que este sueño se haga realidad y en febrero de este año, finalmente se inauguró el templo de la Iglesia Adventista O´Leary.

“Nuestra alegría fue inmensa al ver cómo Dios respondía a nuestras oraciones. Sentimos mucha gratitud en nuestros corazones. Primero que todo a nuestro Señor Jesús, que nos acompañó en cada paso de fe y también gratitud a nuestros hermanos de Brasil y Paraguay por ayudarnos a hacer realidad el sueño de tener un templo,” puntualiza Prudencio.

La historia de Prudencio y el templo de O’leary es un testimonio inspirador de cómo la fe y el trabajo en comunidad pieden romper barreras y construir un lugar sagrado, donde las personas encuentran consuelo, esperanza y amor en la presencia de Dios.


Fuente: https://noticias.adventistas.org/es