El 12 de junio, Día Mundial de Lucha contra el Trabajo Infantil, los ojos del mundo se volcaron sobre un problema que afecta a más de 160 millones de niños en todo el globo, según datos de la Organización Internacional del Trabajo. El día especial, que tiene como objetivo crear conciencia sobre la eliminación de la práctica, trae una triste realidad al frente. Debido a este flagelo, muchos niños se ven privados de sus derechos fundamentales, entre ellos una infancia segura, una educación de calidad y la libertad de explorar sus propios talentos y habilidades.
En Brasil, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística estima que más de 1,3 millones de niños están involucrados en trabajo infantil. Para enfrentar este flagelo, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Brasil ha estado trabajando para combatir esta práctica a través del Proyecto Revive.
Ubicada en Ji-Paraná, Rondônia, la iniciativa brinda un refugio seguro y oportunidades de crecimiento para niños y adolescentes vulnerables de 10 a 14 años. A través de diversas actividades educativas, sociales, deportivas, pedagógicas y culturales, la iniciativa propicia un crecimiento físico, psíquico y social equilibrado. “Nuestras actividades están diseñadas para ayudar a los niños a desarrollar habilidades de razonamiento lógico, lectura y escritura y descubrir sus talentos”, explicó el coordinador Elivelton Costa de Souza.
Para combatir el trabajo infantil y proporcionar un entorno propicio para el desarrollo, el proyecto implementa una variedad de actividades e incluye un enfoque en el apoyo educativo, dijeron los organizadores. Las actividades sociales y deportivas, que incluyen lecciones de natación, fútbol y voleibol dos veces por semana, tienen como objetivo no solo promover la salud física sino también fomentar el trabajo en equipo, la disciplina y el espíritu deportivo entre los niños.
Paralelamente, las actividades docentes, que incluyen actividades grupales y charlas profesionales, buscan el desarrollo social y emocional de los niños. Ayudan a mejorar la capacidad de interactuar con otras personas y manejar las emociones, dijeron los coordinadores.
Finalmente, los niños y adolescentes pueden acceder a actividades culturales, incluyendo clases de arte como dibujo y pintura. También hay instrucción musical, incluidas clases de guitarra y flauta. Todas estas actividades buscan ayudarlos a expresar sus sentimientos y compartir sus pensamientos a través del arte.
Vidas impactadas
La iniciativa ha tenido un impacto en la vida de los niños, como fue el caso de Lucas. Presenció el asesinato de su madre cuando tenía 8 años. Desde entonces, Lucas ha sido criado por su abuela, Maria do Carmo, quien describe la iniciativa ADRA como una gran bendición en la vida de su nieto. “Su comportamiento, calificaciones escolares y la vida con la familia, los amigos y los vecinos han mejorado significativamente gracias al proyecto ADRA”, dijo.
A pesar de los desafíos para ofrecer la iniciativa a largo plazo, el equipo sigue comprometido con la expansión y mejora de sus servicios. “Nuestro mayor desafío hoy es obtener recursos financieros para ampliar el número de beneficiarios”, dijo Costa de Souza. “[Queremos] mejorar aún más los servicios que ofrecemos”.
Fuente: https://www.adventistworld.org/
