Cada año, Ministerios Adventistas de Posibilidades (APM) celebra un sábado especial para crear conciencia y llegar a las familias con discapacidades. Por segundo año consecutivo, pastores y líderes adventistas de la Misión Mongolia predicaron un sermón para este sábado especial.
“Compartir el amor” fue el tema que movilizó a la Misión Mongolia APM y al Servicio de Voluntariado para llegar a los niños con necesidades especiales. Un total de 30 familias participaron en el programa. “Es una bendición informar que 11 de cada 30 familias son adventistas del séptimo día y que 19 no son miembros de la iglesia”, dijeron los organizadores.
Los niños tenían entre 2 y 15 años. Los organizadores contactaron a cada familia preguntando qué les gustaría recibir como suministros o regalos para sus hijos. Recibieron respuestas positivas y los niños recibieron juguetes y suministros.
El servicio “Share the Love” se llevó a cabo en la Iglesia Emmanuel para los residentes de Ulaanbaatar, ya que el edificio es accesible para sillas de ruedas. Durante el programa, los voluntarios distribuyeron folletos de APM y el libro The Final Hope , de Clifford Goldstein.
Las familias y los niños agradecieron los obsequios que recibieron, y cada niño se llevó a casa una artesanía en forma de corazón que hicieron con sus padres. Durante el programa, la Asociación Nacional de Quiroprácticos Ciegos les dio a los padres la opción de un masaje relajante. Los padres que recibieron los masajes estaban felices y agradecidos. “En su rutina diaria, los padres dan masajes a sus hijos, pero no a ellos mismos”, explicó uno de los organizadores.
“Hoy fue un día lleno de alegría, risas y lágrimas, donde mis hermosos hijos disfrutaron de uno de los días más notables del año. Gracias por tu amabilidad y amor. Gracias por el equipo que brindó vitaminas, Pampers, servilletas, juguetes, medicamentos especiales, [y] útiles escolares para cada niño con necesidades especiales. Además, gracias por el mejor masaje de los quiroprácticos ciegos. Gracias por la buena comida, la música, el discurso revelador, las fotos llenas de recuerdos y el maravilloso día en el que conocimos a gente linda que hacía mucho tiempo que no veíamos”, dijo una de las madres que participó en el programa.
Los organizadores agradecieron a la APM de la División de Asia Pacífico Norte por su asistencia; la familia Andrew Chia, por su apoyo económico y donaciones; ya la Iglesia Emmanuel, por abrir sus puertas a los niños y sus familiares.
“Estamos agradecidos por poder organizar este programa dos veces al año para estos niños gracias a la generosidad de muchas personas”, dijeron los organizadores. “Es importante mantener a estos niños con necesidades especiales en nuestras oraciones diarias”.
Los organizadores también llamaron a la gente a orar para que esos niños escuchen la voz de Dios y acepten a Jesús como su Salvador, para que algún día puedan recibir el regalo de nuevos cuerpos sanos. “A Dios sea la gloria en tocar la vida de los niños con necesidades especiales”, dijeron.
APM afirma que todos son dotados, necesitados y atesorados; que las personas van donde son bienvenidas pero se quedan donde son valoradas; y el valor es inherente a través de la creación y no está determinado por lo que una persona puede o no puede hacer. También establece que cada persona es única y tiene un propósito dado por Dios. Incluido en ese propósito está el llamado a enriquecer la vida de los demás, que brota de un sentido de gratitud por lo que ellos mismos han recibido.
Fuente: https://www.adventistworld.org/
