Hola, feliz sábado.
Me alegra saludarles en este primer sábado del mes de febrero, que, como cada año, es designado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en todo el mundo, como un día de testificación personal, compartiendo nuestra fe, ayudando a otros y trabajar en sociedad con Jesús.
A diferencia de los días de impacto o las grandes campañas de evangelismo donde todos nos involucramos en grandes equipos colaborativos, el día de hoy es diferente: Se trata de testificar de forma personal o en familia. Algo tan simple como regalar literatura en el vecindario, orar por algún amigo, familiar, o por medio de una llamada telefónica, mensaje de texto, visitar a un enfermo, compartir una merienda o invitar a alguien a almorzar.
Santiago 1:27, dice:
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.” (Santiago 1:27 RVR 1960)
¡Qué versículo tan alentador! No sólo nos invita a practicar una religión que no se limite a un edificio o congregación, sino a salir a ayudar a otros, pero, además asegura que al hacer eso tendremos como una coraza que nos protegerá de la corrupción del mundo.
Espero que al ayudar a otros y compartirles de Jesús, recibas muchas bendiciones y te acerques más a Dios.
¡Maranatha!
Fuente: https://interamerica.org/es/
