Kenia: Esperanza para la lluvia

Noticias Adventistas 2023.01.29

Rosalía Mbula ha estado esperando la lluvia para plantar sus cultivos desde 2020.

Se ríe sarcásticamente al recordar la última vez que floreció su huerto:

“Mi cosecha completa más reciente fue en octubre de 2019. Cultivé 90 kg de caupí, 90 kg de guandú y 15 kg de frijol mungo. Guardé todo. Mi familia necesitaba toda la comida que pudiera conseguir”.

La madre soltera de 42 años vive en Kibwezi, una provincia en el sur de Kenia. La región no ha recibido precipitaciones adecuadas en los últimos años. Los ríos que una vez inundaron el área se han secado hace mucho tiempo.

La cosecha que recuerda duró cuatro meses, ayudándola a terminar el año, pero luego volvieron a tener hambre.

“Esperaba que lloviera para poder tener otro año de cosecha”.

El esposo de Rosalía murió en un trágico accidente el año anterior. Ella ha sido la única proveedora de sus cuatro hijos desde entonces. Cuando las cosas se pusieron difíciles, envió a sus tres hijos mayores a vivir con unos parientes.

Su hijo menor, un niño de 15 años, se quedó en casa con ella. Apenas podía sostenerlos a los dos. “Mi hijo me dijo esta mañana que va a caminar y buscar trabajos ocasionales”. Rosalía describió la búsqueda matutina que realizan muchas personas en su barrio. Tocando a la puerta de los vecinos, ofreciéndose a hacer pequeños trabajos a cambio de dinero para gastos menores o una comida.

Por el momento, ADRA ha lanzado el Proyecto de Respuesta a la Sequía de Mukeni para facilitar un poco la vida de familias como Rosalía y sus hijos. La comunidad ha comenzado a cosechar las semillas resistentes a la sequía de ADRA y las raciones de alimentos del proyecto han ayudado a muchas más familias de la región a satisfacer sus necesidades nutricionales.

Rosalía incluso encontró una manera de ganarse la vida con el dinero que ahorró al no tener que comprar alimentos mientras recibía las raciones de ADRA. Comenzó alquilando una pequeña habitación en la ciudad y abrió una pequeña tienda de alimentos. A pesar de no tener suficiente agua para sustentar un jardín completo, Rosalía plantó un pequeño huerto detrás de su casa para cultivar col rizada y frijoles para cocinar en su tienda.

La respuesta a la sequía de Mukeni ha ayudado a brindar alivio inmediato a Rosalía y su comunidad. Están agradecidos por la asistencia y el cuidado de ADRA, que les permite sobrevivir durante esta crisis de sequía y hambre en curso en el Cuerno de África.


Fuente: https://adra.org