Para algunos pueblos de la región norte de Tailandia, las comodidades modernas son inaccesibles. La gente de estos pueblos a menudo lucha por mantener una calidad de vida decente. Thantong es uno de esos pueblos. Ubicada en Maengen, distrito de Chiangsean, provincia de Chiang Rai, Thantong se encuentra cerca de la frontera entre Tailandia y Laos, a unos 30 kilómetros (18 millas) de la oficina del distrito de Chiangsean. La ubicación remota de este pueblo se traduce a menudo en duras condiciones propicias para la explotación.
Una niña de este pueblo fue rescatada exactamente de este tipo de situación por el Proyecto Keep Girls Safe de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA). Habiendo sido abandonada por sus padres y sin otros parientes que la cuidaran, la niña se vio obligada a vivir sola, lo que la expuso rápidamente a riesgos de trata y explotación. Aunque ahora continúa su búsqueda de educación después de que ADRA la ayudó, la lucha continúa para garantizar el acceso equitativo a la educación en esta área y subvertir el riesgo de trata de personas. ADRA ha estado involucrada en este trabajo de desarrollo por más de 13 años.
Cada año, ADRA trabaja en estrecha colaboración con la comunidad para recopilar datos sobre niños vulnerables y otras dificultades en el pueblo. La información sirve para crear pautas para el proyecto, que a menudo recibe informes de fuentes locales sobre niños en riesgo que están ausentes de la escuela o carecen de útiles escolares, que carecen de alimentos en el hogar o que se dedican al trabajo agrícola diario u otro trabajo para proporcionar para sus familias. Al mostrar que la ausencia de la escuela por el trabajo deja a los niños más vulnerables a la trata, el proyecto ha creado una mayor conciencia entre los líderes de la comunidad local, los maestros y los oficiales del proyecto sobre la importancia de garantizar que los niños estén empoderados para buscar una educación.
El proyecto Keeping Girls Safe trabaja para evitar que los niños se conviertan en víctimas del tráfico sexual o la explotación laboral de varias maneras. ADRA brinda igualdad de oportunidades de estudio a través de becas subsidiadas para niños y niñas. Además, el proyecto trabaja con las escuelas para identificar y ayudar a los estudiantes que necesitan ayuda para completar su educación básica. Esta base educativa es esencial para brindarles a los niños una gama más amplia de opciones profesionales que amplíen sus horizontes y perspectivas.
Además de las becas subsidiadas para la educación, el proyecto también ofrece actividades de capacitación para crear conciencia sobre la trata de personas. La gente del pueblo está sensibilizada sobre las estrategias de los estafadores y depredadores para evitar futuras victimizaciones. El proyecto KGS ha trabajado con las comunidades con respecto a estos temas mientras actualiza continuamente su información.
Los Oficiales Comunitarios de Campo han encontrado, sin embargo, que esta tarea de proteger y rescatar a los niños es más difícil de lo que habían imaginado. El obstáculo más llamativo es a menudo la familia del niño: muchos a menudo se niegan a cooperar para apoyar su educación porque prefieren que sus hijos trabajen y ganen un ingreso para la familia. Para agravar el problema, muchas familias de bajos ingresos o sin ingresos tienen demasiados niños para apoyar la escuela.
ADRA conoció a “J”,* una joven de una familia de inmigrantes de Laos que había estado viviendo en Thantong durante algún tiempo. La familia no tiene tierra ni vivienda. Con el apoyo de un líder comunitario y otros miembros del pueblo, la familia vive en el salón de actos del pueblo, que es un área pública de uso abierto. La familia ha crecido a pesar de los escasos alojamientos, con cinco hijos en total. Los padres de J han sostenido firmemente la creencia de que el control de la natalidad es dañino. Como resultado, J a menudo falta a la escuela para cuidar a sus cuatro hermanos mientras sus padres están en el trabajo. A veces, puede acompañar a sus padres a trabajar en una granja de té local. En lugar de estar en la escuela, J puede ganar ocasionalmente entre 20 y 80 baht tailandeses (entre 0,60 y 2,35 dólares estadounidenses) al día.
Después de que el personal del proyecto conoció a J y se enteró de sus condiciones de vida, hicieron arreglos para que el director de la escuela local y el maestro visitaran a la familia. Estos educadores locales se preocuparon de inmediato.
“Sé que J a menudo falta a la escuela porque su familia es pobre y no tiene cuidador durante el día para los niños más pequeños”, dijo el director de la escuela . “Pero nunca vi sus condiciones de vida. Si no hubiera venido a visitar a la familia de J hoy con ADRA, nunca hubiera sabido cuán difícil era realmente su vida”.
El proyecto Keeping Girls Safe ha brindado apoyo financiero a esta familia en forma de 5.000 baht (alrededor de US$146) por año para proporcionarles alimentos y garantizar que J pueda asistir a la escuela con regularidad. El caso de J también se entregó al personal del refugio para una evaluación de riesgos adicional. J se ha salvado de sus peores perspectivas absolutas. Pero el trabajo vital para derribar las barreras sistémicas que afectan a tantos niños como ella en esta región continúa.
ADRA Canadá apoya el programa Keep Girls Safe en el norte de Tailandia, dijeron los líderes. “La protección de las mujeres y las niñas será uno de los énfasis clave del ‘Año de la Justicia’ de ADRA Canadá en 2023”, informaron.
Fuente: https://www.adventistworld.org/
