En el año 2017 Marlene buscaba vacantes para matricular a Jazmín, su hija, en un colegio de la ciudad de Huaraz en Perú. Sin embargo, la gran mayoría de ellos se encontraban copados. Entonces llegó al Colegio Adventista de esta ciudad y decidió matricularla, pero con temor ya que ella no era creyente.
Al principio quiso exonerar a su hija del curso de religión por que pensaba que le iban a imponer las creencias. Y en los programas espirituales que el colegio realizaba, por ejemplo las semanas de oración, su hija faltaba a clases los jueves y viernes para que no acepte ser adventista o vea una ceremonia de bautismo.
Pasó el tiempo, decidió trasladar a su hija a otro colegio. Sin embargo, Jazmín empezó actuar de manera diferente, a la defensiva. Decidió cambiarla a otro colegio, pero la situación no mejoraba. Entonces se mudaron a la ciudad de Lima en el 2019 y eligió la Educación Adventista.
Fue allí que mejoró su relación y la conducta de Jazmín. En el 2020 aún en pandemia disfrutó de las clases, de sus maestros y compañeros. Actualmente Jazmín viene recibiendo Estudios Bíblicos por Maribel Campos, directora del Colegio Adventista.
“Recuerdo cuando llegué al Colegio Adventista por primera vez oraron por nosotras, nadie había hecho algo así. Dios siempre estuvo a mi lado” comentó Marlene Colonia, quien este año decidió bautizarse. Ella sueña con el momento en que su hija entregue su vida a Cristo mediante el bautismo y juntas puedan prepararse para el reino de los cielos.
Por Thais Suarez
Fuente: https://noticias.adventistas.org/es
