Diariamente, 13 personas entregaban su vida a Cristo a través del bautismo a lo largo de esta jornada de consagración que inició desde el lunes 22 de agosto. Misma que cerró con la “Semana de Primavera” que se desarrolló del 17 al 24 de septiembre, donde se preparó una ceremonia especial en cada templo del sur de Ecuador, con temas que fortalecieron la vida espiritual de los miembros, y recién conversos.
Elid Moreira, Presidente de la Iglesia Adventista del Sur del Ecuador mencionó: “Es esencial que, en estos tiempos, busquemos con poder la verdadera conversión y el reavivamiento del Espíritu Santo, pidiéndole que nos use como un medio de salvación, y concluir la obra que nos fue encomendada; Nosotros continuamos orando por una iglesia más comprometida y misionera. Por una consagración más profunda que nos lleve a comprender los designios y la voluntad de Dios, en el cumplimiento de su misión.”
Iglesias comprometidas, hermandad movilizada, visitaciones, intercesiones, y ese amor al prójimo, preponderó la labor misionera de los feligreses, y muchos de sus miembros abrieron las puertas de sus hogares para convertirlos en centros de predicación para estas jornadas.
Es el caso de la pareja de esposos, Maclif Vargas, quienes expresaron poner al servicio del prójimo su hogar para poder tener las noches de oración y recibir a quienes querían estudiar la biblia.
“Nosotros creemos fielmente que Dios es quien nos ha dado todo lo que tenemos. Hemos puesto a órdenes de Él en primer lugar la casa que nos dio, y nos sentimos muy felices de saber que aportamos con la obra. Al abrir las puertas de nuestro hogar para recibir a la hermandad, sentimos que somos nosotros que recibimos la bendición de nuestro Padre directamente”, añaden los esposos.
Otra de las estrategias que se implementó en esta “Semana de Primavera”, fue el contingente de evangelismo que se desplegó hacia las diferentes zonas de este campo. Líderes departamentales, personal del Sistema Educativo y administrativo de la Misión Ecuatoriana del Sur, se distribuyeron para orar, atender, predicar en las jornada de oración y presentar a Cristo en zonas de mucha necesidad espiritual.
Esta iniciativa buscó cultivar una experiencia de oración más profunda, reconociendo los desafíos que se enfrentan debido a la crisis mundial y moral, animando a través de la oración, a adquirir experiencias y testificación de una vida de comunión a Dios.
Por Andrea Delgado y Vanessa Castro
Fuente: https://noticias.adventistas.org/es
