Asesoramiento a jóvenes para noviazgo y matrimonio - Experiencia

Artículos 2022.08.26

Como vimos en la primera parte de esta serie de artículos, la edad para elegir una pareja es muy importante. La edad nos permite madurar en las diferentes dimensiones física, emocional, social, espiritual y laboral. Si no te permites alcanzar la madurez necesaria, no habrás desarrollado todas las dimensiones para hacer una acertada elección.

El tiempo es un elemento importante en casi cualquier área de nuestra vida, por ejemplo, se necesita tiempo para dominar un idioma, aprender a montar en bicicleta, tocar un instrumento, establecerse económicamente, etc. Siempre tenemos la paciencia necesaria para esperar el tiempo correcto para dominar cualquiera de estas áreas de nuestra vida. Sin embargo, cuando hablamos de noviazgo, pareciera que queremos ignorar esta parte tan importante.

Hoy es tan común ver jóvenes que forman noviazgos muy rápido sin darse el espacio necesario para que el tiempo haga su parte de mostrar a cada uno cuál es su verdadera identidad. El elemento que agrega el tiempo en una relación es la experiencia. La mayoría de los jóvenes carecen de la experiencia necesaria para elegir adecuadamente una pareja.

White expresa esta situación cuando dice: “Los jóvenes necesitan sabiduría. Cuando tanta desgracia resulta del matrimonio, ¿Por qué no quieren ser prudentes los jóvenes? ¿Por qué se empeñan en considerar que no necesitan los consejos de personas de más edad y experiencia? Muchos, antes de llegar a la edad madura, se creen competentes para hacer su propia elección sin la ayuda de sus padres. Suelen bastarles unos años de matrimonio para convencerlos de su error; pero muchas veces es demasiado tarde para evitar las consecuencias perniciosas” (White, 2007).

Es importante que el estudiante/adolescente busque la opinión de personas con experiencia en este ámbito, para que le ayuden a tomar la mejor decisión y a discernir claramente qué virtudes y defectos tiene el joven. Esto te ayudará a ver las características que se ajustan a su personalidad emocional, social, intelectual y espiritual.

Aunque los profesores y los padres puedan parecer “anticuados”, el alumno debe comprender que la experiencia es algo que no se puede improvisar. Los años te permiten aprender mucho de tus propias experiencias y de las de otros jóvenes. Al buscar el consejo de personas maduras, pueden discernir lo que es mejor para ellos.

¿Cómo puede el profesor compartir su experiencia para aconsejar a sus alumnos en sus relaciones?

Por José David Fandiño. Lic. Psicología, MAT en Relaciones Familiares y PhD, Familia. Catedrático en la Universidad Linda Vista, en Psicología Clínica y de la Salud y la Maestría en Educación Especial y encargado del área de investigación.


Fuente: https://adventisteducators.org/