El valor del canto como medio educativo. (4)

Cuba 2022.05.24

Hasta aquí se ha podido apreciar la veracidad del pensamiento White referente al canto como medio educativo. Ahora bien, ¿qué trascendencia escatológica tiene esta afirmación para el hombre? La interrogante hace volver la mirada hacia el texto inicial del estudio: “No deberíamos perder nunca de vista el valor del canto como medio educativo…” (White, 2013, p. 152). En este se halla un elemento por analizar: el valor.

Para poder dar un juicio de valor sobre el canto como medio educativo, primero se debe tener en cuenta que el valor es el “alcance de la significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase” (Microsoft® Encarta® (2006).

Las Sagradas Escrituras recogen en sus páginas diversos cantos que, aunque no se conoce su música, los textos dan información valiosa sobre los mismos. El libro de los salmos, el canto triunfal de Moisés (Éxodo 15:1-18), el canto de alabanza de María (Lucas 1:46-55), el canto de Ana (1 Samuel 2:1-10), cántico de David (2 Samuel 22:2-51), la alabanza de Simeón (Lucas 2:29-32), la canción del profeta Zacarías (Lucas 1:68-79), entre muchos otros, forman parte del volumen de cantos conservados de los tiempos bíblicos.

Al estudiar los cantos bíblicos se observa en su generalidad que estos tienen como principales propósitos alabar, glorificar, magnificar, exaltar, agradecer y engrandecer a Dios por sus obras. Muchos narran los hechos por los cuales alaban a Dios y hacen descripciones de contextos sociales, acontecimientos históricos, formas en que el Señor obra en medio de los conflictos, las angustias, las aflicciones. Todas estas informaciones conforman el mensaje del canto.

Otra compilación de cantos a tener en cuenta es el Himnario Adventista. Con una totalidad de 614 himnos este himnario es la base de la alabanza adventista en la actualidad. La colección de himnos “…sigue una tradición mayormente protestante, con un énfasis particular en las doctrinas salientes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.” (Valdivia, 2013, p. 53).

Los himnos están agrupados en temáticas, como por ejemplo, los himnos para el culto que incluyen cantos de adoración y alabanza, apertura, clausura, preces; cánticos dedicados a Dios el Padre, a Jesucristo y al Espíritu Santo. Otro grupo centrado en las Sagradas Escrituras. Enfocados en el evangelio contienen cantos donde se tratan el llamado, arrepentimiento, fe y confianza, consagración, salvación y redención, la recompensa de los justos y la vida eterna. Sobre la vida cristiana también se recoge un buen volumen con las temáticas gozo y paz, oración y meditación, el trabajo y el deber, lealtad, la lucha contra el mal, peregrinación, esperanza y anhelo, discipulado, además de dirección divina. Referente a la iglesia y su doctrina la selección reúne melodías sobre la iglesia, la escuela sabática, el ministerio y las misiones, la juventud, al bautismo, el sábado, la cena del Señor, los diezmos y las ofrendas, el juicio y la tierra nueva. Otras dos secciones abordan el hogar cristiano y un apartado de ocasiones especiales.

Como se puede apreciar las temáticas son variadas en correspondencia con la diversidad de momentos de alabanzas que existen dentro de la iglesia.

La generalidad de estos dos grupos de cantos –los cantos bíblicos y los del Himnario Adventista- es que transmiten mensajes de edificación espiritual. “…la letra de las canciones religiosas refleja la época en la que el autor vive, su contexto cultural, su formación artística, su sensibilidad y sobre todo su relación con Dios” (Perera, 2013, p. 101). La comprensión de todos estos elementos apoya la educación del hombre.

Por tanto, el valor del canto como medio educativo radica en que da testimonio de las manifestaciones de Dios en la vida del hombre contribuyendo a la formación y desarrollo del carácter cristiano a partir del estudio de los mensajes que portan los cantos sobre las actitudes divinas, el comportamiento cristiano, las leyes y principios que rigen el universo y el plan de salvación.

En los tiempos del fin, cuando se cierre la gracia, los cantos aprendidos serán de ayuda para mantener al pueblo de Dios firmes en su fe. En medio del tiempo de angustia serán recordatorios de la obra de Dios; y a pesar de la terrible persecución, el hombre alabará al Señor por la inminente venida de Cristo. La salvación se dará a aquel que guardó la enseñanza de un canto en su corazón y adoró al Padre “en espíritu y verdad” (Juan 4:24).

Cuando Cristo venga en gloria y majestad y los salvados sean traspuestos a las nubes de los cielos para recibirlo, irrumpirán en el reino celestial con cánticos de alabanza. Este será el momento en que se apreciará el resultado de la obra educativa que cada uno de los seres humanos recibió, donde el canto fue un medio para educar. Los redimidos habrán desarrollado un carácter semejante al de Cristo por tanto habrán alcanzado el mayor galardón: morar en las mansiones celestiales en compañía del Salvador.

“Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.” (Apocalipsis 15:3,4)

En este momento también veremos declarado el valor del canto, de igual manera dará testimonio del amor de Dios manifestado en el plan de salvación. El Espíritu de Profecía (White, 2008, p. 447) nos dice al respecto:

“Allí los redimidos darán la bienvenida a los que los condujeron al Salvador, y todos se unirán para alabar al que murió para que los seres humanos pudiesen tener la vida que se mide con la de Dios. El conflicto terminó. La tribulación y la lucha están en el pasado. Himnos de victoria llenan todo el cielo al elevar los redimidos el gozoso cántico: Digno, digno es el Cordero que fue muerto, y que vive nuevamente como conquistador triunfante.”

Habrá allí música y cánticos tales como, salvo en la visiones de Dios, ningún mortal ha oído, ni concebido ninguna mente” (White, 2013, p. 275). “…y el cántico que entonarán los redimidos, expresión de la experiencia de ellos, exaltará la magnificencia del Eterno” (p. 277).

 

Dios. (1986). Biblia. Colombia: Sociedades Bíblica Unidas.

Microsoft® Encarta® (2006). Diccionario. 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Perera, A. (2013). “Los mensajes de la música”. En A. Perera (Ed.). En espíritu y en verdad (pp. 96-104). Estados Unidos de Norteamérica: Pacific Press Publishing Association.

Valdivia, M. A. (2013). “El Himnario Adventista del Séptimo Día: su contenido y significado”. En A. Perera (Ed.), En espíritu y en verdad (pp. 51-56). Estados Unidos de Norteamérica: Pacific Press Publishing Association.

White, E. (2008). La música. Su influencia en la vida del cristiano. Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana.

________ (2013). La educación. Estados Unidos: Asociación Publicadora Interamericana.

Por: MSc. Dianelys Hernández Oliva

Fuente: www.emadventista.blogspot.com