Empleado público acumula casi 50 donaciones de sangre

Noticias Adventistas 2022.04.12

Un gesto de amor se ha transmitido de generación en generación en la familia de Vânia Custódio. Desde joven es donante de sangre y anima a sus hijos, nueras y nietos a seguir sus pasos. “Es un logro dar un poco de lo que Dios hace por mí. Con mi salud puedo ayudar a los que lo necesitan, y eso lo enseño en mi casa. Siempre que sea posible, donaremos todos juntos”, subraya el funcionario de 56 años.

Con casi 50 donaciones, el hijo de Vânia ya tiene 20 en la cartera de donantes y está orgulloso. “Mi mamá nos ha estado hablando sobre la donación de sangre desde que yo era pequeña. Cuando era niño, venía con ella y hoy nos sentamos uno al lado del otro”, dice Michael Carvalho, de 28 años.

Prácticas como esta han estado ocurriendo diariamente desde 2006 en la Fundação Hospitalar de Hematologia e Hemoterapia do Amazonas (HEMOAM), cuando comenzó la asociación entre la Iglesia Adventista del Séptimo Día y el Centro de Sangre. Según Flávia Rezende, gerente de captación de donantes de la organización, la organización ya cuenta con la fidelidad de los voluntarios.

“Sabemos que muchas personas dejarán de donar, pero los jóvenes adventistas no. Siempre están aquí voluntariamente. En enero, cuando mucha gente estaba contaminada con la variante de la COVID-19, eran ellos los que mantenían la cantidad mínima de nuestro stock”, explica Flávia.

CITA

La fidelidad de las donaciones de sangre es parte de las actividades de las Sociedades de Jóvenes de las iglesias adventistas de la Amazonía. Hay un horario semanal entre ellos, para no dejar de practicar lo que Jesús nos enseñó en Mateo 22:39: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

La donación de una bolsa de sangre puede salvar hasta cuatro vidas, según datos de HEMOAM. Cada día se envían 230 bolsas a los hospitales de la capital

El Centro de Sangre es único en Amazonas y abastece clínicas de tratamiento y hospitales públicos y privados. En este período de pandemia, la necesidad ha aumentado, pero las donaciones han disminuido. De ahí la importancia de las donaciones constantes.

Para el pastor Jefferson Carvalho, director de jóvenes de la región este de Amazonas, esta es una de las acciones más impactantes en la vida de los jóvenes. “Son muy activos, realizan muchos proyectos, donan su tiempo para evangelizar, [y] salen a las calles a donar alimentos; pero el acto de donar sangre les afecta mucho más. Allí entienden un poco de lo que Jesús hizo por nosotros”, agrega Carvalho.

PRINCIPIANTE

Incluso con 16 años de asociación, siempre hay alguien que se inicia en la carrera de donante de sangre. Ismael Neves, de 18 años, intentó donar cuando tenía 16, pero debido a su peso no pudo. Ahora, está orgulloso de estar en su segunda donación. “Me siento útil y me pregunto cómo no [sic] dar un poco de lo que Dios me da gratis a quien lo necesita. Jesús dio su sangre y su vida por mí. Es lo menos que puedo hacer por mis hermanos y hermanas”, dice Neves.

Para donar sangre basta con tener entre 18 y 69 años (16 años con la supervisión de un padre o tutor responsable), gozar de buena salud, estar bien alimentado, pesar más de 50 kg y no haber viajado a una zona forestal en los últimos 15 días.

El Centro de Sangre es único en Amazonas y abastece clínicas de tratamiento y hospitales públicos y privados. En este período de pandemia, la necesidad ha aumentado, pero las donaciones han disminuido. De ahí la importancia de las donaciones constantes.

Para el pastor Jefferson Carvalho, director de jóvenes de la región este de Amazonas, esta es una de las acciones más impactantes en la vida de los jóvenes. “Son muy activos, realizan muchos proyectos, donan su tiempo para evangelizar, [y] salen a las calles a donar alimentos; pero el acto de donar sangre les afecta mucho más. Allí entienden un poco de lo que Jesús hizo por nosotros”, agrega Carvalho.

PRINCIPIANTE

Incluso con 16 años de asociación, siempre hay alguien que se inicia en la carrera de donante de sangre. Ismael Neves, de 18 años, intentó donar cuando tenía 16, pero debido a su peso no pudo. Ahora, está orgulloso de estar en su segunda donación. “Me siento útil y me pregunto cómo no [sic] dar un poco de lo que Dios me da gratis a quien lo necesita. Jesús dio su sangre y su vida por mí. Es lo menos que puedo hacer por mis hermanos y hermanas”, dice Neves.

Para donar sangre basta con tener entre 18 y 69 años (16 años con la supervisión de un padre o tutor responsable), gozar de buena salud, estar bien alimentado, pesar más de 50 kg y no haber viajado a una zona forestal en los últimos 15 días.

Por:  Jackeline Farah


Fuente: https://adventist.news/