¿Cuál es el mensaje para los laodicenses y por qué es importante para nosotros?
Yo sugeriría que el mensaje a los laodicenses en Apocalipsis 3:14-22 es particularmente importante porque, siendo la última de las siete iglesias, es el último mensaje de Cristo a Su iglesia antes de Su regreso. Él también tiene un mensaje para el mundo (Ap. 14:6-12), pero este es para la iglesia. Sólo puedo señalar algunos de los elementos clave del mensaje.
1. LA AUTOPERCEPCIÓN DE LA IGLESIA
Jesús usa la metáfora de la temperatura del agua para interpretar la condición de los laodicenses: “Conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente” (Ap. 3:15, NVI). Jesús lo sabe porque observó su comportamiento, y el comportamiento revela el carácter. El agua fría y caliente son los dos extremos de temperatura, y ambos son indeseables. ¿Quién quiere darse una ducha o un sorbo de agua hirviendo o agua helada? Sin embargo, Jesús dice: “Ojalá fueras lo uno o lo otro” (versículo 15, NVI). Si tuvieran frío o calor, inmediatamente se darían cuenta de lo indeseable de su condición y buscarían algo mejor. Pero están en un estado de autocomplacencia. Se ven a sí mismos como ricos y sin necesidad; son autosuficientes. Este es el estado de riesgo de tibieza que puede resultar en vómitos. Los laodicenses parecen tener buenas convicciones,
2. LA PERCEPCIÓN DE JESÚS SOBRE LA IGLESIA
Después de declarar tibios a los laodicenses, Jesús ahora explica lo que quiere decir. Son miserables (una miserable condición psicológica de infelicidad; véase Rom. 7:24); lastimoso (una condición patética mental); pobres (tan pobres que son mendigos, dependiendo de otros); ciegos (no ven su verdadera condición espiritual; se han alejado de Cristo; ver 2 Pedro 1:5-9); y desnudos (están en el estado de Adán y Eva, separados del Señor, buscando preservarse por sus propias obras; Gén. 3:7). En la lista de problemas, la desnudez está en último lugar, para enfatizar su importancia y sugerir que se encuentra en el centro del problema. Jesús está a punto de rechazarlos como su pueblo (es decir, “vomitarlos”).
3. LA SOLUCIÓN OFRECIDA POR JESÚS
Por Su gran amor, el Señor llama a los laodicenses para que se ocupen de su condición (Ap. 3:18). La solución es comprarle a Él (no literalmente, porque son pobres y miserables), en el sentido de apropiarse por fe de lo que Él ofrece (Isaías 55:1, 2). Él les ofrece oro de gran calidad para enriquecerse: fe inquebrantable en Él (1 Pedro 1:7); vestiduras blancas, para cubrir su desnudez: la gracia justificadora de Cristo hecha disponible a través de la sangre del Cordero (Ap. 7:14); y colirio para sanar su ceguera: el don y la obra del Espíritu que abrirá sus ojos espirituales para ver a Jesús como Salvador y Señor (cf. Efesios 1:17, 18).
El mensaje es un llamado para que la iglesia se arrepienta—para volverse a Cristo en fe y amor (Apoc. 3:19) y permitirle entrar en sus vidas para santificarlos (versículo 20). ¿Respondió la iglesia a Jesús? El remanente de Laodicea ha escuchado el mensaje y se describe como vestido con túnicas blancas. Un segmento de Laodicea, llamado Babilonia, dice ser rico y usa su propia ropa costosa. En el juicio se darán cuenta demasiado tarde de que están desnudos y pobres (Ap. 18:14; 17:16). Con respecto al pueblo de Dios, Juan dice: “Miré, y allí . . . era una gran multitud. . . de pie ante el trono y ante el Cordero. . . . Vestían túnicas blancas” (Apocalipsis 7:9, NVI). Están cubiertos por el don gratuito de la justificación por la fe que conduce a una vida santa.
Por: Angel Manuel Rodríguez
Fuente: https://www.adventistworld.org/
