Durante una Semana de Oración Juvenil que terminó con la celebración del Día Mundial de la Juventud el 19 de marzo de 2022, las iglesias adventistas del séptimo día en la ciudad de Manaus, en el norte de Brasil, llevaron a cabo varias iniciativas en toda la ciudad con el objetivo de ayudar a las personas que la sociedad suele pasar por alto. como en el caso de las personas sin hogar.
El 16 de marzo de 2022, jóvenes adventistas de la iglesia de Boas Novas instalaron una estructura en la Praça dos Remédios, una plaza central en el centro histórico de la capital del Estado de Amazonas. La instalación móvil incluía la opción de ducharse gratis. Las personas sin hogar que aceptaron la oferta también recibieron artículos de tocador, como pastillas de jabón, pasta de dientes, un cepillo de dientes y una toalla.
Andrei M., de 25 años, vive en la calle desde hace un año desde que perdió a su padre por el COVID-19. “Después de la muerte de mi padre, perdí mi sentido de dirección en la vida. Lo siguiente que sé es que ya estaba viviendo en las calles. Pero la vida no es fácil aquí. A veces pago para bañarme, pero si lo hago, muchas veces me quedo sin comida, así que no es algo que pueda hacer con frecuencia”, dijo.
Para el pastor adventista local Fábio Heverton, la iniciativa ayuda a los voluntarios a reflexionar sobre su llamado. “Es una acción que nos hace pensar [sobre] para qué fuimos llamados”, dijo Heverton. “Necesitamos sacar a Jesús de nuestras iglesias y llegar a donde la gente lo necesita”, enfatizó.
Aunque era un día lluvioso en Manaus, unas 30 personas se ducharon en la instalación móvil. Los que participaron también recibieron refrigerios, literatura y oraciones de algunos de los voluntarios involucrados.
Amar a los olvidados
Carlos M., de 22 años, dijo que trató de vivir con su familia extendida después de salir de una clínica de recuperación hace algún tiempo. “Pensé que me iban a aceptar, pero no lo hicieron”, dijo Carlos. “Tuve que volver a las calles, y esta vez con mi esposa y mi hija. La vida en la calle no es fácil; el hambre duele”, dijo.
A su lado está L. Vieira, de 24 años, quien también rompió con su familia cuando se involucró con las drogas en 2019. Vieira ahora duerme en una pensión en el centro de Manaus. “Hay días en que no podemos conseguir nada para alimentar a mi hija de 4 años”, compartió Vieira. “Contamos con la amabilidad del dueño de la pensión, pero tengo mucho miedo de que los servicios sociales se lleven pronto a mi hija”, dijo.
Según Bruna Ximendes, líder de los jóvenes de la congregación de Boas Novas, no es la primera vez que el grupo de jóvenes se involucra en iniciativas para apoyar a las personas sin hogar locales. “En el pico de la pandemia del año pasado, vinimos aquí a donar sopa, ropa, máscaras y desinfectante”, dijo Ximendes. “Fue entonces cuando nos dimos cuenta de la necesidad de las personas sin hogar de tener acceso gratuito a las duchas. Otros lugares los están cobrando”, explicó.
Al final de la iniciativa, los líderes juveniles informaron que habían entregado a las personas sin hogar 400 refrigerios, 40 kits de ducha y 200 libros para compartir.
Por: Jackeline Farah, División Sudamericana y Adventist Review
Fuente: https://www.adventistworld.org/
