Como docentes, cada año que pasa guardamos recuerdos de una clase que se ganó nuestro corazón. Recuerdos de las historias de cada uno de ellos, de los momentos tristes y felices que pasamos juntos. Sin embargo, hay otras personas que también quedan grabadas en nuestra memoria, que son los padres o tutores de nuestros alumnos. Y, sinceramente, suelen dar más trabajo que los propios alumnos.
A lo largo de mi camino como docente, me di cuenta de que la relación entre padres y maestros debe ser clara, respetuosa y más que eso, una relación donde haya comunicación, paciencia y empatía.
Aquí hay 5 consejos para establecer esta relación de confianza:
- Compañerismo entre el maestro y los padres. Los padres tienen mucha curiosidad por saber cómo es la interacción y la vida escolar de sus hijos, sabiendo esto cada vez que tienen la oportunidad de informar un poco sobre la experiencia del alumno. Hoy, en el mundo tecnológico en el que vivimos, esto puede ocurrir a través de fotos de actividades, mensajes en una lista de transmisión o vía agenda.
- Comunicación asertiva entre profesores y padres. Diríjase a los padres antes de que ellos recurran a usted para coordinar/orientar. Si nos damos cuenta de que ha habido un malentendido, falta de atención o mala interpretación por parte del alumno, es importante comunicarlo a los responsables y dejar claro lo que está pasando. Muchas veces el alumno llega contando una versión inadecuada de la historia a sus padres, quienes terminan formando un prejuicio de la situación.
- Demostración de afecto hacia el estudiante. Construye lazos con tus alumnos y muéstrales afecto. A todos los padres les gusta saber que sus hijos están bien cuidados. Cuando se tienen pequeñas actitudes de afecto hacia los alumnos, los padres suelen sentirse estimulados a corresponder y, muchas veces, la enemistad o los prejuicios terminan revirtiendo en una gran amistad y respeto mutuo.
- Empatía por alumnos y padres. Sea empático con los estudiantes y sus familias. Todos pasamos por momentos, situaciones y fases difíciles que afrontar. Muchas veces no sabemos íntimamente por lo que está pasando esa familia, provocando que el alumno llegue tarde, no haga sus deberes o no pueda prestar atención en clase. Por lo tanto, tenga una buena comunicación con los padres y tutores y cree algunos arreglos entre ustedes para hacer que la vida cotidiana sea más agradable.
- Enlace entre profesores y padres. También es fundamental invitar a los padres a participar en eventos, reuniones, debates y exposiciones. Con esta estrategia, los padres y tutores conocen y frecuentan el ambiente escolar y conviven un poco con las actividades que allí se desarrollan. De esta forma, se crea motivación para que los estudiantes realicen actividades con excelencia y un vínculo entre docentes, padres y escuela.
La familia indudablemente juega un papel fundamental en la construcción del carácter y la personalidad de un individuo, al fin y al cabo, es en medio de ella que los niños desarrollan nociones de afecto y solidaridad. Sin embargo, la familia no está sola en esta misión. La escuela también se destaca en el proceso de aprendizaje de sus alumnos, brindando conocimientos, convivencia en la comunidad, fomentando así el respeto por el otro. Por eso es tan importante que profesores y padres se relacionen de la mejor manera posible con diálogo y armonía, para que todos salgan ganando.
Por: Mayra Almeida
Fuente: https://adventisteducators.org/
