La Iglesia Adventista del Séptimo Día valora el papel único que desempeñan las mujeres en el cumplimiento de la misión de la iglesia de difundir el evangelio. Parte de esa misión implica satisfacer las necesidades físicas, intelectuales y sociales de quienes nos rodean, tal como lo hizo Jesús cuando vivió en la tierra.
Las investigaciones indican que seis desafíos principales en la vida de todos los seres humanos, en particular las mujeres, son: alfabetización, pobreza, abuso, salud, horas y condiciones de trabajo, y oportunidades de capacitación y tutoría. Para satisfacer mejor estas necesidades, la Oficina del Ministerio de la Mujer de la Iglesia Adventista ha lanzado un importante esfuerzo de alfabetización para 1995.
La incapacidad de leer afecta todos los aspectos de la vida de una persona: el poder adquisitivo, las oportunidades profesionales, el acceso a información sobre atención médica e incluso la capacidad de criar adecuadamente a un niño. Sin la habilidad de leer, pocas puertas de oportunidades se pueden abrir.
Enseñar lectura crea infinitas posibilidades para que las personas estén informadas sobre temas como carreras, salud, paternidad y matrimonio, y ofrece al maestro oportunidades inigualables para tocar vidas a través del ministerio.
Los adventistas reconocen una razón más vital para compartir el don de la lectura. Creemos que la capacidad de leer la Palabra de Dios –las buenas nuevas de salvación– no debe reservarse para unos pocos privilegiados. Afirmamos que todo hombre, mujer y niño debe tener acceso a las verdades y al poder edificante de la Biblia.
Esta declaración fue aprobada y votada por el Comité Administrativo de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día (ADCOM) y fue publicada por la Oficina del Presidente, Robert S. Folkenberg, en la sesión de la Asociación General en Utrecht, Países Bajos, del 29 de junio al julio. 8, 1995.