Durante más de un siglo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha advertido a sus jóvenes y al público en general sobre la naturaleza adictiva y destructiva para la salud del tabaquismo.
El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en el mundo. Uno de los conceptos éticos firmes de la mayoría, si no de todas las sociedades, es que más vale prevenir que curar. Cuando se trata de fumar, la mayoría de los países enfrentan una paradoja ética: si bien muchas décadas de investigación han proporcionado evidencia incontrovertible de los peligros del tabaquismo, la industria tabacalera aún prospera, a menudo con el apoyo gubernamental tácito o abierto. La ética del tabaquismo se vuelve aún más seria debido a las alarmantes revelaciones sobre las muertes por cáncer y otros riesgos para la salud causados por el humo de segunda mano.
Creemos que la ética de la prevención requiere en todos los países una prohibición uniforme de toda la publicidad del tabaco, leyes más estrictas que prohíban fumar en lugares públicos no residenciales, una educación pública más agresiva y sistemática e impuestos sustancialmente más altos sobre los cigarrillos. Estas medidas salvarían millones de vidas cada año.
Esta declaración fue aprobada y votada por el Comité Administrativo de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día (ADCOM) y fue publicada por la Oficina del Presidente, Robert S. Folkenberg, en la sesión de la Asociación General en Utrecht, Países Bajos, del 29 de junio al julio. 8, 1995.