Bienestar y Valor de los Niños

Declaraciones Oficiales 29 de junio de 2000

Los adventistas del séptimo día afirman el derecho de todo niño a un ambiente hogareño feliz y estable, y a la libertad y el apoyo para crecer y convertirse en la persona que Dios quiso. En 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció la importancia fundamental de los niños al votar la “Convención sobre los Derechos del Niño”. En armonía con muchos de estos elevados principios, y considerando el valor que Jesús dio a los niños cuando dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como estos es el reino de los cielos” (Mateo 19: 14, NVI), buscamos ayudar a los niños que sufren de las siguientes influencias destructivas:

Pobreza-La pobreza impacta el desarrollo de los niños, privándoles de los alimentos, la ropa y la vivienda necesarios, y afectando negativamente su salud y educación.

Analfabetismo: El analfabetismo dificulta que los padres ganen un salario o cuiden a su familia o que el niño alcance su potencial.

Atención sanitaria deficiente: millones de niños no tienen acceso a la atención sanitaria porque carecen de los

cobertura de seguro adecuada o viven donde no hay atención médica disponible.

Explotación y vulnerabilidad: Los niños son corrompidos y explotados cuando son utilizados como mano de obra barata, talleres clandestinos, conflictos armados y el placer sexual pervertido de depredadores adultos, y están expuestos a materiales sexualmente explícitos en los medios de comunicación y en Internet.

Violencia-Cada año muchos niños mueren de forma violenta. La gran mayoría de las personas que sufren en los conflictos armados son mujeres y niños. Los niños sufren profundas cicatrices físicas y psicológicas, incluso después de que cesen los combates.

En respuesta a las cuestiones y necesidades mencionadas anteriormente, los Adventistas del Séptimo Día defienden los siguientes derechos de los niños:

  1. El derecho a un hogar amoroso y estable donde haya seguridad y libertad de abuso.
  2. El derecho a alimentación, vestido y vivienda adecuados.
  3. El derecho a una atención sanitaria/médica adecuada.
  4. El derecho a una educación que prepare a los niños para un papel positivo en la sociedad, desarrollando su potencial personal y dándoles capacidad para obtener ingresos.
  5. El derecho a una educación religiosa y moral en el hogar y en la iglesia.
  6. El derecho a no sufrir discriminación ni explotación.
  7. El derecho a la personalidad, al respeto y al desarrollo de una autoestima positiva.

Esta declaración fue votada por el Comité Administrativo de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día (ADCOM), para su publicación en el momento del Congreso de la Asociación General en Toronto, Canadá, del 29 de junio al 9 de julio de 2000.