Minorías religiosas y libertad religiosa

Declaraciones Oficiales 29 de septiembre de 1999

A lo largo de la historia, las minorías religiosas han sido a menudo objeto de discriminación y persecución abierta. Hoy la intolerancia y los prejuicios religiosos están nuevamente en aumento. A pesar de la afirmación de la libertad de toda persona de tener y difundir opiniones religiosas y de cambiar la propia religión –afirmación sustentada en los instrumentos y documentos de las Naciones Unidas que comprenden una “Declaración Internacional de Derechos”– muchos países niegan este derecho a sus ciudadanos.

Los instrumentos internacionales condenan la discriminación contra las minorías, pero, trágicamente, algunas naciones han publicado listas de grupos religiosos descritos como sectas potencialmente peligrosas. Se han creado comisiones antisectas, se ha formado personal de investigación y se han aprobado leyes restrictivas. Cientos de miles de creyentes inocentes están ahora bajo sospecha oficial y son tratados como ciudadanos de segunda clase. Todo esto viola la libertad religiosa, que es el más básico y esencial de los derechos fundamentales de la humanidad. Los adventistas del séptimo día creen en la obediencia a las leyes del país siempre y cuando no entren en conflicto con las leyes de Dios . Sin embargo, nos oponemos a cualquier ley, política o actividad que discrimine a las minorías religiosas.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día defiende la libertad religiosa para todos, así como la separación de la Iglesia y el Estado. Las Escrituras enseñan que el Dios que dio la vida también dio libertad de elección. Dios sólo acepta homenajes que se dan gratuitamente. Los adventistas del séptimo día creen además que la ley debe aplicarse de manera uniforme y sin favores caprichosos. Sostenemos que ningún grupo religioso debe ser juzgado porque algunos de sus seguidores puedan parecer extremistas. La libertad religiosa se limita cuando el comportamiento agresivo o violento viola los derechos humanos de otros.

En apoyo del Artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y otros instrumentos internacionales, y en armonía con sus creencias y su historia, la Iglesia Adventista del Séptimo Día está plenamente comprometida a promover, defender y proteger la libertad religiosa para todos. en todos lados. Con ese fin, continuaremos cooperando con la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y otras agencias internacionales y organizaciones religiosas para alentar a todas las naciones a implementar el derecho fundamental de la libertad religiosa. Además, continuaremos promoviendo el diálogo y un mejor entendimiento entre las autoridades gubernamentales y las personas que pertenecen a minorías religiosas.

Esta declaración fue votada durante el Concilio Anual del Comité Ejecutivo de la Asociación General el miércoles 29 de septiembre de 1999 en Silver Spring, Maryland.