Nosotros, los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, hablamos y nos unimos a otros para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. Las estadísticas mundiales indican que en todas las sociedades las mujeres y las niñas son con mayor frecuencia víctimas de la violencia. Las acciones o amenazas que puedan resultar en daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico son incompatibles con la ética bíblica y la moral cristiana. Tales acciones incluyen, entre otras, violencia familiar, violación, mutilación genital femenina (MGF), asesinatos por honor y asesinatos por dote. La manipulación, la negación de la libertad personal y la coerción también son actos de abuso y violencia. Ante tales comportamientos, la Iglesia Adventista del Séptimo Día dice: "¡Terminemos con esto ahora!".
Los adventistas del séptimo día reconocen que la creación a imagen de Dios otorga dignidad y valor a cada individuo. La medida de ese valor se ve en la muerte sacrificial de Jesucristo para proporcionar vida eterna a todos. El amor y la compasión que caracterizaron la vida terrena de Jesús son un ejemplo para todos sus seguidores en su relación con los demás. El comportamiento cristiano no deja lugar a la violencia contra miembros de la familia o personas ajenas a la familia.
La Biblia aconseja a los cristianos que consideren el cuerpo como el templo de Dios. Hacer daño intencionalmente a otra persona profana lo que Dios honra y, por lo tanto, es un comportamiento pecaminoso. Los adventistas del séptimo día se comprometen a ser líderes para romper el ciclo de violencia perpetrado contra mujeres y niñas. Hablaremos en defensa de las víctimas y los sobrevivientes a través de la enseñanza, la predicación, el estudio bíblico y programas de defensa.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día busca y acoge con agrado las alianzas y la colaboración con otros para abordar este problema global. La voz colectiva de muchos puede salvar a decenas de miles de mujeres y niñas del daño y el sufrimiento que resultan del abuso y la violencia.
(Esta declaración está respaldada por las siguientes referencias bíblicas: Juan 3:16; Génesis 1:26; Isaías 61:1-3; Efesios 5:2-3; 1 Juan 3:10, 15-18, 4:11; 3 Juan 1:2; 1 Corintios 3:16-17, 6:19; Romanos 12:1-2.)
(Ver también la “Declaración sobre la crianza y protección de los niños”).
Esta declaración fue aprobada y votada por el Comité Ejecutivo de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día el 23 de junio de 2010 y publicada en el Congreso de la Asociación General en Atlanta, Georgia, del 24 de junio al 3 de julio de 2010.