La venta de literatura motivó el desarrollo de una Feria del libro cristiano el 23 de febrero en los predios del Seminario Teológico Adventista de Cuba (SETAC). La idea surgió en la Asociación Oeste con el líder de Publicaciones Pr. Yuli Odilio Sol y su equipo de trabajo. Contribuyó a la promoción y divulgación del evento Rosalina Ibáñez Morales, Departamental de Comunicaciones de la propia Asociación con atractivos pósters promocionales. Y, ya en el lugar de ventas, contó con la asistencia de los Pastores líderes: Elvis Hernández, rector de este centro de estudios, Luis O Connor, Luis Amador y Adiel Breto, quienes brindaron la ayuda para la realización exitosa del evento.
Movidos por la lectura
Entre las 10:00 am y las 5:00 pm aproximadamente, los espacios al aire libre del Seminario se vistieron de propuestas literarias a la vista de los transeúntes. Los libros siempre llamaron la atención de aquellos que ven en la lectura una fuente de conocimientos. De esta manera, alrededor de cien personas acudieron a los puestos de ventas. Entre estos se encontraban habitantes de la comunidad, incluyendo un gran número de niños; algunos cristianos de otras denominaciones, no cristianos y hermanos de la fe que se hallaban en el centro de estudios.
Los autores más buscados fueron Loron Wade, Josh MacDowell y los clásicos del adventismo. Los más comercializados fueron los del área de salud seguido por la literatura infantil. El libro “Bebidas saludables”, de reciente adquisición en el país, tuvo una gran demanda, llegando a ser el más vendido así como los ya conocidos “El poder medicinal de los alimentos” y “Comer sano es natural”. Además fueron de agrado los diccionarios, comentarios y textos de Teología.

“Los asistentes agradecieron el esfuerzos de los colportores y equipo de publicaciones de la Asociación Oeste de proveerles una variada y magnífica literatura”, comentó Marys Leidys Cedeño. Por su parte, Graciela Martínez compartió los criterios de otros quienes manifestaron que la Feria es “’una opción para repetir’, ‘una gran ayuda’ y ‘una posibilidad maravillosa’”.
El Pr. Yuli Odilio, refirió la experiencia de uno de los asistentes al evento quien vive a unos cuantos kilómetros del lugar. “Inmediatamente que le avisaron que estaba funcionando la Feria montó en su bicicleta y fue pedaleando hasta el Seminario. Llegó sudado, con una mochila al hombro. Llegó con la bicicleta ponchada, pero llegó. Y al final estaba satisfecho y me dejó su contacto para que en otras ocasiones si encontrásemos otros libros que son de interés para él pues lo pudiese recibir. Él se fue muy feliz, con su bicicleta ponchada, pero feliz de llevar los libros”.
Aunque dentro de la programación los organizadores tenían previsto hacer una actividad de impacto misionero en la comunidad aledaña, esta no se pudo realizar por la dinámica del día. No obstante, los tratados se compartieron con hermanos de todo el país, obreros laicos que se hallaban en el Seminario recibiendo capacitación médico misionera, para que ellos tuvieran material que compartir con otros en sus respectivos campos y provincias.
Más allá de la venta
Este evento aunó esfuerzos de muchos hermanos. Desde la Unión Cubana la líder de este Departamento, Risseldy Pillo, apoyó con la promoción de ideas así como su homóloga de la Misión Villa Perla, Yulenys Merino. Estuvieron implicados además el Pr. Presidente de la Asociación Oeste Roberto Hernández; los colportores Mirta Hernández, Hilda Bocourt, Magda Canelles, Yodelkis Díaz y Karel Rodríguez. Fueron partícipes también Liomara Enriquez, contadora de publicaciones de la Unión; Marys Leidys Cedeño y Yakelyn Jiménez, dependienta y económica de publicaciones del Oeste respectivamente, así como las Licenciadas Graciela Martínez, Danae Ricardo y Susana Arencibia.
A estos se sumaron las bibliotecarias del SETAC Amalia Cepero y Madelaine Matos quienes colaboraron con el préstamo de mesas y sillas de la Biblioteca. Además las cocineras, la ecónoma, el chofer Eriberto Cáceres, Reinier Frómeta, quien fungió como estibador, y de forma especial, el niño Keny Velázquez estuvieron prestos a la cooperación.

Es observable que la iglesia adventista dedica una obra especial a la publicación de “la lectura que contiene la verdad para este tiempo” (White, E., El Colportor Evangélico, p. 33). En ello radica el valor de los libros que estuvieron a la venta, nombrados además por el Espíritu de Profecía como “mensajeros silenciosos a favor de Dios” (p. 129). Cada título contiene un mensaje especial para la edificación del carácter cristiano y la adquisición de la cultura intelectual y espiritual del pueblo de Dios.
Por eso, más allá del motivo de vender literatura, la Feria fue un medio para compartir el mensaje de salvación con el mundo, de contribuir al crecimiento espiritual de aquellos que ya decidieron por Jesús y una oportunidad de cooperacion laica, conclusión asumida por el Pr. Odilio y la colportora Mirta Hernández como resultado del evento.
Sobre esto, en el libro El Colportor Evangélico, Elena G. de White dijo: “Más de mil personas se convertirán en un solo día, la mayor parte de las cuales adjudicarán sus primeras convicciones a la lectura de nuestras publicaciones” (p.158). Estos son motivos suficientes para reconocer el significado de esta Feria del libro cristiano.
“Mi criterio general es que la Feria, gloria al Dios del cielo, fue una Feria excelente, extraordinaria. Dios fue bueno y a su nombre gloria, no puedo dejar de decir eso y también dar gracias a todo el equipo que nos ayudó”, comentó el Pr. Odilio. Y ante la pregunta de si ¿existirá una próxima?, respondió el líder: “Ese mismo día, sin yo proponérselo a los colportores y a los asistentes, ellos decían ‘esto tiene que repetirse’, ‘cuándo será la próxima’, y ‘en qué lugar’. Bueno, ya tendremos tiempo de sentarnos y planificar la próxima, pero ya soñamos con salir por lo menos una vez al mes a compartir nuestros libros cristianos en otras localidades”.
Por: MSc. Dianelys Hernández Oliva
Con la contribución de: Pr. Yuli Odilio Sol, Lic. Graciela Martínez Suárez y Lic. Marys Leidys Cedeño.